Junto a otras ocho personas, la cabeza de una de la constructoras implicadas en la red de corrupción, Otávio Marques de Azevedo, fue puesto ante el juez este lunes

El Deber logo
20 de julio de 2015, 10:45 AM
20 de julio de 2015, 10:45 AM

La Policía Federal brasileña imputó este lunes al presidente de la constructora Andrade Gutiérrez y a otras ocho personas por su supuesta participación en las corruptelas detectadas en la estatal Petrobras, informaron fuentes oficiales.

Otávio Marques de Azevedo, presidente de la empresa, fue acusado de corrupción activa, lavado de dinero y fraude en licitación, los mismos cargos que fueron formulados contra otros cuatro directivos de la compañía y tres personas vinculadas al caso.

Con la formulación de esos cargos, la Policía Federal dio por concluidas las investigaciones en torno a Andrade Gutiérrez, que forma parte de una veintena de grandes empresas implicadas en la red de corrupción descubierta en Petrobras, que según la propia estatal se apropió de unos 2.000 millones de dólares en la última década.

Andrade Gutiérrez es una de las más importantes constructoras de Brasil, opera en cerca de 40 países y la Policía Federal asegura que ha comprobado su participación en los fraudes que, desde hace un año y medio, se investigan en la petrolera.

Por el caso también se investiga a medio centenar de políticos, entre quienes figuran los presidentes de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y del Senado, Renan Calheiros.

Ambos pertenecen al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente del país, Michel Temer, aunque el pasado viernes Cunha anunció su decisión "personal" de abandonar las filas del oficialismo y pasar a engrosar la oposición.

Por su supuesta participación en esas irregularidades, está preso Joao Vaccari, extesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.

Según las investigaciones, las compañías privadas implicadas en el caso obtenían contratos amañados con Petrobras, inflaban sus valores y las diferencias eran repartidas entre los políticos que amparaban las corruptelas y algunos exdirectivos de la estatal.