El candidato del gobernante Partido Democrático, Lee Jae-myung, creció en la miseria y si es elegido presidente espera resolver la desigualdad social en el país asiático

22 de febrero de 2022, 11:19 AM
22 de febrero de 2022, 11:19 AM

Las desigualdades sociales son una fértil fuente de inspiración para la ficción en Corea del Sur, como lo demuestran "El Juego del Calamar" o "Parásito", pero suponen un grave problema nacional que Lee Jae-myung, que creció en la miseria y fue niño obrero, espera resolver si es elegido presidente.

Lee, candidato a la presidencial del 9 de marzo por el Partido demócrata, formación de izquierda en el poder en Corea del sur, dejó el colegio a los 11 años para trabajar en la fábrica. Un accidente de trabajo lo dejó minusválido a los 13 años, antes de triunfar y emerger en la escala social a base de determinación.

Lee cultiva ahora su propio cuento de hadas, de un niño de clase obrera convertido en dirigente político para convencer a los surcoreanos que podrá resolver sus problemas, desde los precios exorbitantes de la vivienda al mediocre  crecimiento de la economía, pasando por el elevado desempleo entre los jóvenes.

El programa de Lee Jae-myung --renta básica universal, tratamientos subvencionados contra la caída del pelo-- está repleto de medidas más o menos iconoclastas con el objetivo de reforzar el Estado providencia. Medidas que presenta como fruto de la pobreza que vivió en su juventud

"Uno puede compadecerse, desde un salón con buena calefacción, por la gente que pasa frío" explica  Lee en entrevista con la AFP. "Pero jamás podrá comprender su sufrimiento".

La oposición califica de "populistas" su propuestas, destinadas a "comprar votos" y "hundir a la próxima generación bajo las deudas". A ello se añaden acusaciones por una dudosa transacción inmobiliaria o uso indebido de dinero público.

Niño rico, niño pobre

El año pasado, su equipo de campaña publicó dos fotos. Una mostraba a un joven Lee Jae-myung desgreñado y llevando un traje de mala calidad. En la otra aparecía Yoon Suk-yeol, con corbatín de moño cuando aún era adolescente.

Este contraste entre Yoon, niño rico, y Lee, cuyos padres sobrevivían limpiando casas,  parece seducir a algunos electores de izquierda.

Pero ¿bastará ello para convertir a Lee en el próximo presidente? De momento, los dos candidatos están empatados. El 16 de febrero, un sondeo daba a  Yoon medio punto de ventaja sobre su rival. Los tres debates televisados que los opondrán pueden ser determinantes.

Salvo excepciones, la clase política surcoreana está dominada de forma abrumadora por la próspera burguesía y sus redes de influencia. No existe ningún precedente en Corea del sur de un antiguo niño obrero que haya llegado tan lejos como Lee Jae-myung, afirma Lee Sang-don, exdiputado que enseñó derecho al futuro candidato en los años 1980.

Espectacular ascensor social

Lee Jae-myung, de 57 años,  empezó su vida profesional a los 11 años en una fábrica de guantes.

A los 13 años, su brazo queda atrapado en una máquina, y queda discapacitado para el resto de su vida. Tras haber pensado en el suicidio, asiste a cursos nocturnos, luego a la facultad de derecho.

Se convierte en abogado, especialista en derechos humanos y entra en política en 2010. En 2018, es elegido gobernador de la provincia de Gyeonggi, la más poblada del país. que incluye la zona aledaña a Seúl.

En 2019, cuando el tema de las desigualdades se convierte en el de mayor preocupación para la sociedad surcoreana, llama la atención al distribuir una renta de base a los jóvenes de su provincia.  También instaura la gratuidad de los uniformes escolares y de los cuidados médicos para mujeres embarazadas. En 2020, al inicio de la pandemia, crea el primer fondo de ayuda del país y distribuye directamente dinero a sus administrados.

Lee ha prometido extender a todo el país la renta universal de base que instauró en su provincia.