El acuerdo, anunciado el jueves por el presidente estadounidense Donald Trump, es el tercero de este tipo que Israel alcanza con un país árabe y plantea la posibilidad de pactos similares con otros estados

14 de agosto de 2020, 8:26 AM
14 de agosto de 2020, 8:26 AM

Los líderes mundiales expresaron el viernes la esperanza de que el histórico acuerdo de normalización de relaciones entre Emiratos Árabes Unidos e Israel impulse las conversaciones de paz en Oriente Medio, mientras los palestinos y sus partidarios lo denunciaron como una traición a su causa.

El acuerdo, anunciado el jueves por el presidente estadounidense Donald Trump, es el tercero de este tipo que Israel alcanza con un país árabe y plantea la posibilidad de pactos similares con otros Estados proccidentales del Golfo.

En el texto, Israel se compromete a renunciar a su plan de anexión de territorios palestinos, una concesión acogida por países europeos y algunos gobiernos árabes como un impulso para la paz.

Pero el primer ministro, Benjamin Netanyahu, subrayó que esto no significaba que Israel abandonase su intención de anexar algún día el Valle del Jordán y los asentamientos judíos en Cisjordania ocupada.

El presiente Trump anunció el acuerdo en un tuit como un "GRAN avance" y un "acuerdo de paz histórico entre nuestros dos GRANDES amigos". Indicó que los líderes de ambos países firmarían el acuerdo en la Casa Blanca en unas tres semanas.

El establecimiento de lazos diplomáticos entre Israel y aliados de Oriente Medio de Washington, como las monarquías del Golfo, ha sido central en la estrategia de Trump en la región para contener a Irán, igualmente enemigo de Israel.

Ira palestina 

Si Netanyahu celebró un "día histórico", que iniciaría una "nueva era" para el mundo árabe y para Israel, los palestinos rechazaron categóricamente el acuerdo, al que calificaron de "traición" a su causa, incluido su reivindicación de Jerusalén como capital del Estado al que aspiran.

Igualmente comunicaron que retirarían a su embajador de Emiratos e instaron a una reunión de emergencia de la Liga Árabe.

Por su parte, Irán y Turquía que apoyan a Hamas, grupo islamista palestino que controla la Franja de Gaza, acusaron a Emiratos de "traición".

"Mientras traiciona la causa palestina para servir a sus pequeños intereses, Emiratos Árabes Unidos se esfuerza en presentar esto como una suerte de sacrificio por los palestinos", declaró en un comunicado el ministerio turco de Relaciones Exteriores.

El ministerio de Exteriores iraní dijo que los palestinos "nunca perdonarían la normalización de relaciones con el régimen criminal de ocupación israelí".

Entre otros aliados de Estados Unidos en el Golfo, tanto Baréin como Omán emitieron declaraciones respaldando el tratado.

Sin embargo, Arabia Saudita, peso pesado en la región, no emitió por el momento ninguna declaración.

Alivio en la anexión 

El controvertido plan para Oriente Medio presentado por Trump en enero ofrecía a Israel la posibilidad de anexionarse el Valle del Jordán y numerosas colonias en Cisjordania ocupada, consideradas ilegales a ojos del derecho internacional.

Los palestinos rechazaron el pacto por ser parcial e insostenible, al igual que los vecinos árabes de Israel, y provocó temores sobre una mayor escalada en la región.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que esperaba que la suspensión de las anexiones de Israel bajo este plan pudiera ayudar a lograr una solución de dos Estados con los palestinos.

Las anexiones "efectivamente cerrarían la puerta" a las negociaciones entre los líderes israelíes y palestinos y "destruirían la perspectiva" de un Estado palestino viable, declaró.

El presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, que firmó el primer tratado de paz con Israel en 1979, elogió el acuerdo sobre "el cese de la anexión de Israel de territorios palestinos" y dijo que esperaba que trajera la "paz".

Una postura compartida por los aliados europeos de Estados Unidos. La Unión Europea celebró el acuerdo como un paso beneficioso para ambos países y la "estabilidad regional".

El pacto supone un importante logro en la política exterior del presidente Trump, que se adentra en una difícil campaña para su reelección en noviembre.