El hombre impartió una clase sobre libertad de expresión, durante la cual mostró caricaturas del profeta Mahoma tomadas de la revista satírica Charlie Hebdo. Esto generó controversia en las semanas anteriores a su muerte

24 de octubre de 2020, 18:00 PM
24 de octubre de 2020, 18:00 PM

La tarde del viernes 16 de octubre, Samuel Paty se despidió de sus alumnos deseándoles buenas vacaciones. Sería la última vez que verían a su profesor de Geografía e Historia. El maestro, de 47 años, fue asesinado a la salida del colegio Bois-d'Aulne, en Conflans-Sainte-Honorine, municipio residencial a las afueras de París. 

Su verdugo, Abdoullakh Anzorov, un joven ruso de origen checheno de 18 años, acabó brutalmente con su vida decapitándolo "en nombre de Alá, el todo misericordioso".

Una tragedia cuyo origen está en una clase sobre libertad de expresión, ilustrada por el maestro con las caricaturas del profeta Mahoma publicadas por el semanario satírico Charlie Hebdo. 

Una semana después del atentado terrorista, Francia continúa perpleja, tratando de recuperar el equilibrio tras ver uno de sus principales pilares, la escuela, convertido en objetivo yihadista.

La Fiscalía Nacional Antiterrorista, encargada de esclarecer el ataque, decidió procesar a siete personas por su presunta implicación en el suceso. Todas ellas habrían participado, de una manera u otra, en la muerte de Paty, víctima de una campaña de acoso y derribo que comenzó en las redes sociales y terminó con su trágica muerte.

Todo comenzó el 5 de octubre, cuando el maestro impartió una lección sobre la libertad de expresión a sus alumnos, invitando a sus estudiantes musulmanes a salir de clase para evitar ofenderles con las imágenes elegidas para ilustrar el tema: varias caricaturas de Mahoma.

Al día siguiente, Samuel Paty repitió la misma estrategia, sin que ningún alumno optase por abandonar el aula. A pesar de sus buenas intenciones, sus clases se convirtieron en objeto de críticas entre los padres de ciertos alumnos, iniciando uno de ellos, Brahim C., una verdadera campaña para denigrar al profesor y su método de enseñanza a través de varios videos que se propagaron como la pólvora a través de internet.

Abdelhakim Sefrioui, conocido militante islamista radical, también participó en la elaboración de dichas grabaciones. "Ahora está claro que el profesor fue designado como objetivo en las redes sociales mediante maniobras y la reinterpretación de los hechos", explicó la Fiscalía Antiterrorista, antes de anunciar, la imputación de ambos por "complicidad en un asesinato terrorista".

Las pesquisas policiales reveladas por varios medios de comunicación franceses probarían, además, que Abdoullakh Anzorov, abatido por la policía tras resistirse a su arresto, intercambió varios mensajes con el padre y autor de los videos días antes del incidente.

Apología del yihadismo

Según las informaciones publicadas por el diario Le Monde, el joven checheno, cuya radicalización pasó desapercibida por el radar de los servicios de inteligencia a pesar de sus numerosas apologías de la 'yihad' en las redes sociales, utilizó su cuenta de Twitter para localizar a sus posibles víctimas, un trabajo de rastreo que comenzó el pasado 25 de septiembre, tras el ataque perpetrado a las puertas de la antigua sede de 'Charlie Hebdo' por un paquistaní cuyo objetivo no era otro que castigar al semanario por haber publicado de nuevo las caricaturas del profeta.

Gracias a los videos contra Paty, en los que aparecía el nombre del maestro y de su colegio, encontró a su víctima perfecta. Anzorov conocía el nombre del profesor, pero desconocía su rostro. Para identificarlo, pagó a varios estudiantes para que le señalaran a la salida del colegio. Dos de ellos, de 14 y 15 años, acusados por la fiscalía de "complicidad en el asesinato en relación con una empresa terrorista", recibieron entre "300 y 350 euros" por identificar al maestro.

Dos amigos del joven checheno, que se presentaron por iniciativa propia ante la policía, permanecen en detención provisional acusados de "complicidad en un asesinato terrorista": uno de ellos acompañó a Anzorov a comprar el arma del crimen y el otro a adquirir dos pistolas AirSoft.

Un tercero, Yussuf C., procesado por "asociación de delincuentes terroristas con el objetivo de cometer crímenes contra las personas" y quien, según la fiscalía, comparte "claramente su ideología radical", también permanece bajo custodia policial.

En una semana, el ministerio público ha conseguido reconstruir el móvil del atentado, si bien aún no ha logrado esclarecer cómo Anzorov llegó hasta las puertas de la escuela, ni si mantenía una relación con una organización o célula terrorista.

A través de los datos de su teléfono, los investigadores  descubrieron que Anzorov estuvo en contacto con al menos dos yihadistas de la zona sirio-iraquí. Una semana después del trágico suceso, las autoridades policiales continúan sus pesquisas para descifrar el último ataque terrorista cometido en Francia, esta vez contra el corazón de la República: la escuela y sus profesores.