Chad está enclavado entre Libia, Sudán y República Centroafricana. La votación se desarrolló con calma. Los resultados provisionales están previstos para el 25 de abril

11 de abril de 2021, 16:30 PM
11 de abril de 2021, 16:30 PM

Los chadianos votaron el domingo en unas elecciones donde el mariscal presidente Idriss Déby Itno busca un sexto mandato frente a seis candidatos sin envergadura, tras apartar, a veces con violencia, a las raras voces de una oposición dividida que podían hacerle sombra.

Ambos bandos ya gritan victoria: la oposición más dura, que considera que su llamamiento al boicot del escrutinio fue atendido, y el poder, que considera que los chadianos votaron masivamente.

La votación se desarrolló con calma. Los resultados provisionales están previstos para el 25 de abril y los definitivos el 15 de mayo.  

En el poder desde hace 30 años en Chad, el mariscal Déby centró su campaña en la "paz y la seguridad", de la que dice ser el artífice, en su país pero también en una región convulsa: Chad, enclavado entre Libia, Sudán y República Centroafricana, entre otros países, es un contribuyente de peso en la guerra contra los yihadistas en el Sahel al enviar a aguerridas tropas hasta Mali y, a veces, a Nigeria.

Pero el presidente ha pasado por alto la economía. Chad ocupa el puesto 187 de un total de 189 países según el Índice de Desarrollo Humano de la ONU en 2020. En 2018, el 42% de la población vivía por debajo del umbral de pobreza, según el Banco Mundial.

En las calles de la capital Yamena, bajo fuertes medidas de seguridad, la mayoría de los habitantes parecieron poco interesados en estos comicios "ya decididos". La gente trata con muchas dificultades de llegar a fin de mes entre cortes de agua y electricidad, a veces varios días seguidos.

Desde hace meses, el régimen prohíbe sistemáticamente las "marchas pacíficas por una alternativa" que tratan de organizar cada sábado los partidos de oposición más radical.

La temible policía antidisturbios dispersa manu militari cada intento de manifestación, que congrega a no más de algunas decenas de convencidos o temerarios. La ONG Human Rights Watch acusó el jueves a las fuerzas de seguridad de llevar adelante una "implacable represión".

Estos días, las fuerzas del orden patrullaron la capital Yamena en camionetas, blindados ligeros y enormes camiones con cañones de agua.

Los soldados de élite de la Guardia Republicana, la temible guardia pretoriana del régimen, se desplegaron en los lugares más sensibles, y las fuerzas del orden vigilaron las sedes de los partidos que llamaron al boicot de las elecciones.

- "Seguro de ganar" -

La participación es la única incógnita de la elección. Unos 7,3 millones de electores, de una población de 15 millones, fueron convocados a las urnas. Las fuerzas de seguridad, la policía y el ejército votaron el sábado.

Hace dos meses, 15 partidos de oposición agrupados en una Alianza propulsaron un "candidato único" para enfrentarse a Déby, pero el plan estalló en pedazos.

El Tribunal Supremo invalidó las candidaturas de 7 de 16 aspirantes. Tras eso, tres candidatos, entre ellos el rival "histórico" Saleh Kebzabo, se retiraron en protesta por la violencia y llamaron al boicot de los comicios, pero la justicia mantuvo sus nombres en las papeletas de voto que presentan a 10 candidatos.

En total, seis desafían finalmente al presidente: Félix Nialbé Romadoumngar, Albert Pahimi Padacké, Théophile Yombombe Madjitoloum, Baltazar Aladoum Djarma, Brice Mbaïmon Guedmbaye y, primera mujer candidata en la historia de Chad, Lydie Beassemda.

"Sin los candidatos históricos y con los medios considerables movilizados por Déby, está seguro que va a ganar", resume Kelma Manatouma, investigador chadiano en ciencias políticas de la Universidad París-Nanterre. 

"Lo único que cuenta a ojos de Déby es ganar en la primera vuelta con una participación importante, para que no le acusen de que fue mal elegido", resume un diplomático que pidió el anonimato.