La actual vicepresidenta tiene el camino despejado para representar al partido actualmente en el poder en Washington

1 de agosto de 2024, 9:22 AM
1 de agosto de 2024, 9:22 AM

Varios miles de delegados demócratas comenzarán a pronunciarse este jueves sobre la nominación de la actual vicepresidenta Kamala Harris como candidata del partido para las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre, en las que enfrentará al republicano Donald Trump, un proceso que durará varios días.

Menos de dos semanas después de la retirada de la candidatura de Joe Biden a un segundo mandato, una decisión histórica que ha cambiado completamente las cartas, Harris tiene el camino despejado para representar al partido actualmente en el poder en Washington.

Habitualmente, la investidura oficial del candidato se lleva a cabo en persona en una convención del partido, programada este año en Chicago del 19 al 22 de agosto. 

Sin embargo, debido a requisitos de procedimiento del estado de Ohio, los demócratas decidieron anticipar esta votación en línea. Un procedimiento poco común -y una rareza más de este proceso electoral- pero que debería ser similar al que se utilizó excepcionalmente en 2020, durante la pandemia de Covid-19. 

Está previsto que la votación finalice el lunes por la noche. El Partido Demócrata no ha detallado cómo se podrá monitorear el acto en el día a día y cómo se anunciarán sus resultados. 

- "Un proceso transparente" -

Hasta hace poco, gran parte de los más de 3.900 convencionales demócratas no tenían otra opción que nominar a Joe Biden, vencedor de las primarias organizadas al principio del año. 

Pero se vieron liberados de esta limitación luego que el actual presidente tirara la toalla debido a crecientes preocupaciones de su propio electorado sobre su edad y su estado de salud. 

Kamala Harris, de 59 años, surgió rápidamente como la única sustituta posible, acumulando apoyo entre los responsables del partido y cosechando en las encuestas mejores resultados que Biden. 

Y sobre todo logró volver a motivar a la base demócrata, lo que tuvo un efecto inmediato sobre su campaña de recolección de fondos, que en pocos días cosechó más de 200 millones de dólares.

Alejados los riesgos de guerra interna que por un breve lapso aparecieron en el horizonte tras la renuncia de Biden, los demócratas inician esta convención con la intención de escenificar un sólido apoyo a Harris. 

"Nuestro partido enfrentó este momento sin precedentes con un proceso transparente, democrático y ordenado para unirnos detrás de una candidata probada que nos liderará en la lucha que tenemos por delante", dijo Jaime Harrison, presidente del partido.

La lucha en las urnas contra Donald Trump en noviembre promete ser dura, pero los demócratas estarían ahora, según las encuestas, en mejores condiciones de hacerle frente al magnate, que hasta hace unas pocas semanas era el claro favorito para acceder a la Casa Blanca. 

A menos de 100 días de las elecciones, el republicano intensificó sus ataques contra Harris, llegando incluso a acusarla el miércoles de resaltar su condición de negra por motivos electorales. 

De padre jamaicano y madre india, Harris es la primera persona negra y asiática en convertirse en vicepresidenta estadounidense. 

- Un misterioso compañero de fórmula -

La demócrata tiene otro paso importante que dar en los próximos días: la designación de su compañero de fórmula, que se convertirá en vicepresidente si es elegida. 

La exfiscal y senadora de California probablemente esté considerando invitar a un hombre blanco a unirse a ella. 

Los nombres de cuatro gobernadores estatales clave, así como de un senador, se repiten en ese sentido en las consideraciones de los analistas políticos. 

Pero Harris "no ha tomado aún una decisión", subrayó su equipo el martes por la tarde.  

Lo único seguro es que ella y su compañero de fórmula deberán viajar juntos al menos a siete estados la próxima semana, una gira que debería comenzar en Filadelfia, Pensilvania, el martes, según medios de prensa.  

Luego, el dúo organizará, a mediados de agosto en Chicago, un acto público que se anuncia desde ya como una gran fiesta de juramentación.