Mientras las innovadoras empresas de reparto presumen de ganancias e inversiones récord, muchos de sus empleados trabajan mucho y ganan poco.

18 de mayo de 2022, 16:58 PM
18 de mayo de 2022, 16:58 PM

Las empresas de servicios de reparto se hicieron populares en Berlín hace algo más de una década, pero desde 2013 se instauró un modelo de servicios en línea, basados en aplicaciones, que contrataban a sus propios repartidores o domiciliarios. Esto permite a los clientes hacer pedidos a restaurantes que no empleaban a su propio personal de reparto y, al mismo tiempo, creó miles de puestos de trabajo en horarios flexibles y que requerían muy poca formación.

Ahora, el mercado de las empresas de reparto se está expandiendo más allá de los servicios de comida. Mayd (Meds at your door), con sede en Alemania, empezó a repartir medicamentos a domicilio en 2021 y ya se ha expandido a 25 ciudades alemanas y contratado a 900 trabajadores.

"Estaremos en toda Alemania a finales de año", dijo Hanno Heintzenberg, cofundador de Mayd, y añade que tiene planes de expandirse a Austria y Francia. Dropp utiliza un modelo similar para entregar productos de comercio electrónico a los clientes de Berlín.

Modelos de negocio cuestionables

Un argumento habitual de las empresas de reparto basadas en aplicaciones es que crean puestos de trabajo. El portavoz de "Gorillas”, un servicio de entrega de comestibles con sede en Berlín, afirmó que, desde 2020, ha contratado a 15.000 personas.

Hoy en día, hay decenas de miles de domiciliarios en Berlín. Estas oportunidades de trabajo, con horarios flexibles y sin la exigencia de hablar alemán, son unafuente de ingresos para muchos estudiantes extranjeros en Alemania. Sin embargo, varios informes denuncian lesiones relacionadas con el trabajo, falta de pago o vetos a afiliarse a un sindicato. ¿Explotan las empresas de reparto a sus trabajadores?

Ganan poco, se exponen al tráfico y les demoran el pago

Uno de los problemas más importantes de los repartidores en bici, patineta o moto es el riesgo de sufrir lesiones graves o incluso de morir. Encuestas revelan que aproximadamente la mitad de ellos sufre cada año una lesión grave relacionada con el tráfico.

Además del riesgo de accidentes de tráfico, muchos repartidores en bicicleta denuncian lesiones musculares causadas por las cargas pesadas a la espalda durante mucho tiempo.

En Alemania, los repartidores se consideran "empleados” si trabajan para una empresa y utilizan el equipo de esta. Así pues, para la mayoría, el simple hecho de tener que utilizar la aplicación de su empresa para trabajar implica que sean considerados como trabajadores dependientes.

"Lo cual conlleva ciertos derechos, como el salario mínimo y el seguro médico, etc.", explica Johannes Kiess, subdirector del Instituto Else-Frenkel-Brunswik de Investigación sobre la Democracia de la Universidad de Leipzig. "Estos trabajadores son explotados con salarios relativamente bajos”, dijo Kiess.

Una grave falta de inversión

En 2021, domiciliarios de Gorillas organizaron huelgas espontáneas para protestar por el impago de salarios, los despidos repentinos y otros problemas. Casi un año después, las difilcultades persisten. "Como en las grandes empresas con muchos empleados... puede haber errores ocasionales en las nóminas en casos individuales... En la actualidad, entre el 1 y el 4 por ciento de las nóminas se ven afectadas por errores, que nos esforzamos por corregir a tiempo", explicó a DW la empresa Gorillas.

Pero un exempleado de personal de Gorillas afirma que la empresa sufre una grave falta de trabajadores. Según él, su equipo recibía una media de 900 reclamaciones por pagos cada mes. La mitad de los reclamos se debían a errores cometidos por la empresa, producto de un sistema incapaz de llevar las cuentas de bajas por enfermedad o vacaciones. "Hay una grave falta de inversión", dice el exgerente y concluye que "cuando tienes 10.000 personas en una empresa, no puedes llevar las cuentas de pago en una hoja de excel".

Nuestro informante cuenta que le propuso a Gorillas introducer el sistema de nóminas SAP para solucionar los problemas de pago, pero la emprea no quiso invertir en ello y prefirió poner dinero en el lanzamiento de un sello discográfico interno.

¿Apoyar a los trabajadores y obtener beneficios?

Miguel Judez es un biotecnólogo español de 27 años que vive en Berlín desde hace seis meses. Está a punto de terminar un máster en comunicación científica y también estudia alemán en una escuela de idiomas. Empezó a repartir para Flink, una aplicación de entrega de comestibles, en diciembre. "Es mejor de lo que esperaba", dice Judez sobre su experiencia laboral hasta ahora. "Mis jefes son todos buena gente y me dan comida gratis".

Sin embargo, las empresas de reparto, que al principio son vistas de forma positiva por los empleados, tienen tendencia a volverse más explotadoras con el tiempo, ya que las inversiones empiezan a escasear y buscan formas de ser rentables.

Judez ya ha notado sutiles cambios en la organización de Flink. En un principio, podía bloquear su disponibilidad laboral en torno a su horario de clases. Luego el sistema cambió y ahora solo puede "avisar" sobre las horas en las que prefiere trabajar. Este sutil cambio provoca inevitablemente que los trabajadores sean programados cuando no están disponibles, lo que puede provocar ausencias y despidos.

En el mundo de las "startups", impulsado por la inversión, las empresas prometedoras ganan cientos de millones en inversiones. Gorillas fue noticia por conseguir 1.000 millones de dólares de financiación en su primer año. Mayd había recibido 43 millones de euros en enero de su primer año de actividad. Pero, con el tiempo, estas inversiones empiezan a agotarse y las empresas necesitan obtener beneficios. "Hoy, más de 25 de nuestros centros de microfulfillment ya están operando de forma rentable", afirma Gorillas en un comunicado.

Pero los empleados que no pueden pagar el alquiler mientras esperan la paga que les deben, o se curan de las lesiones, pueden concluir que la rentabilidad va en detrimento de su calidad de vida. Todavía está por ver si una empresa puede ofrecer un servicio de entrega a precios que los clientes paguen y, al mismo tiempo, mantener a los empleados con prestaciones y un salario dignos.