Unos 3.000 trabajadores se concentraron frente a la fábrica de Camaçari, en el estado de Bahía y unos 500 frente a la de Taubaté (interior de San Pablo)

12 de enero de 2021, 11:21 AM
12 de enero de 2021, 11:21 AM

Miles de trabajadores de Ford protestaron este martes contra el cierre de todas sus fábricas de automóviles en Brasil anunciado el lunes de manera sorpresiva por la compañía estadounidense.

Desde primera hora de la mañana, unos 3.000 trabajadores, con máscara de protección contra el coronavirus, se concentraron frente a la fábrica de Camaçari, en el estado de Bahía (nordeste), y unos 500 frente a la de Taubaté (interior de San Pablo), las dos que cerrarán de manera inmediata, constataron fotógrafos de la AFP.

Una tercera fábrica en Ceará (noreste) seguirá funcionando hasta el último trimestre del año.

Ford, instalado desde hace un siglo en Brasil, solo mantendrá un centro de pruebas en Tatuí (interior de San Pablo), así como su sede regional en la capital económica de América Latina.

El mercado brasileño será abastecido en adelante a partir de la producción en Argentina, Uruguay y otros orígenes.

El anuncio, en el marco de una reestructuración del grupo de Detroit (Estados Unidos) en Sudamérica, tomó por sorpresa a los trabajadores y cayó como una bomba en Brasil, que tiene niveles récord de desempleo, al que se sumarán ahora casi 5.000 trabajadores de estas plantas. 

"Fue una noticia chocante, la peor posible", explicó Felipe Monteiro, tecnico electrónico de 34 años que lleva 16 en la fábrica de Taubaté, de 850 trabajadores, tras una asamblea del Sindicato de Metalúrgicos realizada en un ambiente entristecido.

"Desde hace años nosotros venimos renunciando a varios derechos y esperábamos una postura diferente de la empresa en relación a las inversiones que necesitaba para continuar", agregó Monteiro, casado, con dos hijos y "sin ninguna perspectiva" tras la decisión de Ford.

Mercado en caída 

Ford registra en la región déficits desde hace varios años, agravados por el derrumbe del sector en Brasil en 2020 debido a la pandemia de coronavirus, que ya dejó más de 203.000 muertos en el país.

La venta de vehículos nuevos en Brasil se derrumbó un 26,16% en 2020 bajo el impacto de la pandemia. El año pasado se patentaron 2,05 millones de automóviles, frente a 2,787 millones en 2019. 

La decisión de la empresa multiplicó las críticas contra el Gobierno de Jair Bolsonaro por sus dificultades para crear un ambiente de negocios favorable.

En declaraciones divulgadas por el sitio de noticias G1, el presidente del Sindicato de Metalúrgicos da Bahia, Júlio Bonfim, dijo que la decisión muestra "la inestabilidad económica del país y la incertidumbre económica por parte del Gobierno federal", así como del impacto de la pandemia.

La prensa atribuyó ampliamente la partida de Ford a los altos costes de producción y el complejo sistema tributario en Brasil.

El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del partido DEM (centro-derecha), afirmó el lunes que "el cierre de Ford es una demostración de la falta de credibilidad del Gobierno brasileño, de reglas claras, de seguridad jurídica y de un sistema tributario racional". 

El Ministerio de Economía "lamentó" la iniciativa de Ford, que contrasta con la "fuerte recuperación observada en la mayoría de los sectores industriales".