La enfermedad de la silicona no es secreto. La historia de Karina hizo crecer el número de pacientes que deseaban someterse al explante

26 de mayo de 2022, 16:28 PM
26 de mayo de 2022, 16:28 PM

La brasileña Karina Fernandes, de 34 años, tiene programada una cirugía de explante este mes. Decidió ponerse la prótesis después de amamantar a su segundo hijo. Pero las cosas no salieron como se esperaba:

“Tengo el mal de la silicona, con varios síntomas asociados a la prótesis”, dice.

Se le llama “enfermedad de la silicona” (“breast implant illness”). Técnicamente es un síndrome autoinmune-inflamatorio inducido por adyuvantes, aunque también ha sido descrita como parte del síndrome de ASIA.

Una marea de síntomas

Fernandes recuerda que aproximadamente 25 días después de su cirugía, los puntos que le hicieron comenzaron a abrirse y tuvo que volver a la sala de operaciones.

A medida que pasaban los días, comenzaron a aparecer ampollas alrededor de los senos y sintió mucha picazón.

La joven cree que el cuerpo daba señales de rechazo, pero como todo estaba muy reciente, no se planteó quitárselo. En cambio, tomó antialérgicos, se aplicó ungüentos, y esa “reacción alérgica”, como ella la definió, mejoró.

“Al año y medio que me puse la prótesis comencé a notar algunos síntomas. Se me empezó a caer mucho el cabello, tenía un cansancio y fatiga que no se me quitaba”, cuenta Karina.

Karina Fernandes usa su experiencia para hablar sobre el “mal de la silicona” en redes sociales.

Después de dos años, su visión comenzó a volverse muy borrosa, había un “zumbido” en el oído y no dormía bien. “Pero eran cosas sutiles, no necesitaba ir a urgencias. Fui a ver a los médicos, pero me dijeron que no tenía nada. Hasta entonces, no me imaginaba que el problema era la prótesis”, recuerda.

Todo cambió a fines del año pasado, cuando Fernandes se hizo unas pruebas para tratar de identificar la causa de la caída del cabello y, en una de ellas, descubrió que tenía tiroiditis. Este diagnóstico se convirtió en una “clave”.

Comenzó a buscar en estudios científicos las respuestas a sus síntomas y, en una de estas investigaciones, encontró un artículo sobre el síndrome de ASIA, que mencionaba el “mal de la silicona”.

Ante la sospecha, se hizo pruebas para evaluar la silicona en sí, pero no hubo ningún problema, salvo que uno de los senos estaba más “marchito” que el otro. Para entonces, sin embargo, estaba convencida de que su problema era su prótesis.

“Entonces mi médico armó todos los exámenes, sumó los signos y síntomas y la aseguradora autorizó el explante. Tuve que recorrer todo un camino en estos cuatro años de prótesis”, dice.

Hoy, Fernandes habla de la “enfermedad de la silicona” en TikTok y ya acumula más de 1,4 millones de seguidores.

25 días después del implante, los puntos comenzaron a abrirse y Fernandes tuvo que volver a la mesa de operaciones para cerrarlos nuevamente. “Cuando supe que mi problema era la silicona y que no estaba enferma de algo más grave, fue un alivio, porque tengo dos hijos”, dice la enfermera.

“Todos trataron solo los síntomas que aparecían. Yo misma lo descubrí”, dice.

¿Qué es la “enfermedad de la silicona”?

La “enfermedad de silicona” es el término con el que muchas mujeres definen un conjunto de síntomas sistémicos e inespecíficos que asocian con la prótesis de silicona.

Esta patología no está descrita en la literatura médica ni reconocida por organismos de salud. Pero el término se ha popularizado por la similitud de quienes lo describen: pérdida de cabello, fatiga, cansancio, dolor muscular, dolor de cabeza, pérdida de peso, ansiedad, etc. El cirujano plástico brasileño Fernando Amato señala que la silicona puede causar algún tipo de reacción en el organismo.

Hay casos en los que la paciente se somete al explante y los síntomas desaparece y en otros, solo mejoran.

Datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (Isaps) mostraron que hubo un aumento del 33% en las cirugías de explantes entre 2016 y 2020 en todo el mundo.

“Y a muchos cirujanos les cuesta lidiar con esa situación, porque les tomó por sorpresa un término que empezaba a ponerse de moda en nuestro medio”, relata Coltro.

“No sabía que esto era una reacción”

El nombre procede del término en inglés “síndrome autoinmune inducido por adyuvantes”, es un conjunto de síntomas relacionados con enfermedades autoinmunes.

Los más comunes son dolor en las articulaciones, dolor muscular, rigidez, cansancio, dermatitis, sequedad de boca y trastornos del sueño.

El síndrome

Una prótesis de silicona, un marcapasos cardiaco o incluso un medicamento pueden desencadenar el síndrome.

Los expertos dicen que no hay forma de garantizar que una mujer haya desarrollado el síndrome de ASIA solo a través de implantes mamarios, ya que puede haber estado expuesta a otros adyuvantes a lo largo de su vida.

Cuando una paciente quiere hacerse un implante, el médico tiene el deber de informarle sobre los posibles riesgos, pues la “parte buena” ya la conoce. Esta, según los expertos, sería la conducta correcta.

Sin embargo, se sabe que en muchos casos esto no sucede.