A Francisco le preocupa la situación que se vive en Chile. Manifestó que la Iglesia católica siempre estará dispuesta a mediar en procesos de diálogo como solicitaron en su momento Venezuela y Bolivia

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26 de noviembre de 2019, 15:58 PM
26 de noviembre de 2019, 15:58 PM

El papa señaló que en las crisis sociales desatadas en Latinoamérica "hay gobiernos débiles que no han conseguido poner orden y paz", y se mostró partidario de "llamar al diálogo, a la paz, para que se resuelva los problemas".

Francisco realizó estas declaraciones a bordo del avión papal durante la rueda de prensa de regreso de su viaje a Japón, en la que fue preguntado por las protestas sociales que han sacudido varios países de Latinoamérica en los últimos meses.

"Hay gobiernos muy débiles, que no han conseguido poner orden y paz", señaló el pontífice cuando se le pidió comentar las últimas protestas que se están produciendo en países como Chile, Colombia, Bolivia o Nicaragua.

Francisco señaló que alguien durante una conversación comparó la actual situación en Latinoamérica con la de los años desde el 74 a los 80 en Chile, Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia cuando se puso en marcha el plan Cóndor.

Lo que constató es que en estos momentos "en Latinoamérica no hay declaraciones precisamente de paz".

Señaló que le asusta la situación en Chile porque este país "acaba de salir de un problema de los abusos que nos ha hecho sufrir tanto y ahora está este problema que no entendemos".

"Chile está en llamas", aseveró a los cerca de 70 periodistas que viajaron con él, en esta visita a Tailandia y Japón.

Apuntó la necesidad de buscar "el diálogo, pero también el análisis" de los que está pasando.

Ante la posibilidad de que el Vaticano pudiera mediar en algunas de estas crisis, el papa recordó que "ya Venezuela a su tiempo lo había pedido y que Bolivia ha pedido algo parecido", y aseguró que la Santa Sede "estará siempre presente cuando sea necesario".

Sobre las protestas en Hong Kong, el papa señaló que es algo que se está produciendo en otras ciudades que también "tienen problemas" y nombró el caso de los "chalecos amarillos en la democrática Francia" o en España, sin precisar a lo que se refería.

"Conviene relativizar las cosas y llamar al diálogo, a la paz, para que se resuelva los problemas", concluyó.