En su homilía de la Misa Crismal, celebrada este Jueves Santo y en la que se renuevan las promesas sacerdotales, el Santo Padre se refirió a tres espacios de idolatría: mundanidad, pragmatismo y funcionalismo. Invitó a los presbíteros a seguir a Cristo, "el único camino para no equivocarnos"

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14 de abril de 2022, 9:22 AM
14 de abril de 2022, 9:22 AM

“Ser sacerdotes es, queridos hermanos, una gracia, una gracia muy grande que no es en primer lugar una gracia para nosotros, sino para la gente”, afirmó el Papa Francisco en su homilía al presidir la mañana del jueves, en la Basílica de San Pedro, la concelebración de la Misa Crismal con los patriarcas, cardenales, arzobispos, obispos y presbíteros presentes en Roma, de acuerdo con el portal Vatican News. Durante la celebración, el Pontífice bendijo el óleo de los catecúmenos y de los enfermos, consagró el Crisma y los sacerdotes renovaron sus promesas sacerdotales.

“Al terminar el día hace bien mirar al Señor y que Él nos mire el corazón, junto con el corazón de la gente con la que nos encontramos. No se trata de contabilizar los pecados, sino de una contemplación amorosa en la que miramos nuestra jornada con la mirada de Jesús y vemos así las gracias del día, los dones y todo lo que ha hecho por nosotros, para agradecer. Y le mostramos también nuestras tentaciones, para discernirlas y rechazarlas”, manifestó el Santo Padre.

De acuerdo con Vatican News el Papa se refirió a tres espacios de “idolatría escondida en los que el Maligno utiliza sus ídolos para ‘depotenciar’ la vocación de los pastores y alejarlos de la presencia benéfica y amorosa de Jesús, del Espíritu y del Padre”. Habló de mundanidad, pragmatismo y funcionalismo.

Señaló que la mundanidad espiritual es “una propuesta de vida, una cultura de lo efímero, una cultura de la apariencia, del maquillaje”. Luego manifestó: “la mundanidad de andar buscando la propia gloria nos roba la presencia de Jesús humilde y humillado, Señor cercano a todos, Cristo doloroso con todos los que sufren, adorado por nuestro pueblo que sabe quiénes son sus verdaderos amigos. Un sacerdote mundano no es otra cosa que un pagano clericalizado”.

Sobre el pragmatismo de los números, el papa Francisco indicó que las personas no se pueden ‘numerar’ y que Dios no da el Espíritu con medida. En contraposición, puso como ejemplo a los grandes santos que “saben retraerse de tal manera que le dejan todo el lugar a Dios”, señala el portal del Vaticano.

Por otro lado, el obispo de Roma reflexionó: “El sacerdote con mentalidad funcionalista tiene su propio alimento, que es su ego. En el funcionalismo, dejamos de lado la adoración al Padre en las pequeñas y grandes cosas de nuestra vida y nos complacemos en la eficacia de nuestros planes”.

El Santo Padre invitó a los sacerdotes a encontrar en Jesús: "el único camino para no equivocarnos en saber qué sentimos, a qué nos conduce nuestro corazón. Él es el único camino para discernir bien”.