La excolonia británica es un centro del comercio internacional de especies de animales amenazadas como los elefantes, los rinocerontes o los pangolines

23 de octubre de 2020, 12:10 PM
23 de octubre de 2020, 12:10 PM

Las autoridades hongkonesas deben endurecer su legislación en materia de lucha contra el muy lucrativo tráfico de animales salvajes, declararon el viernes investigadores. 

La excolonia británica es un centro del comercio internacional de especies de animales amenazadas como los elefantes, los rinocerontes o los pangolines, sobre todo por su puerto, uno de los más importantes del mundo, y sus múltiples conexiones en términos de transporte.

La mayoría de estas especies de contrabando están destinadas a los consumidores chinos.

Pese a que en los últimos años se efectuaron incautaciones récord, en realidad hay una falta de progreso en la materia, señalan investigadores de la Universidad de Hong Kong.

"Nunca se ha procesado a ningún traficante de especies salvajes por infracciones relacionadas al blanqueo de dinero y ninguna organización criminal ha sido inculpada por contrabando de especies salvajes", subrayan.

Un estudio dirigido por Amanda Whitfort, profesora en la facultad de derecho de la universidad, y Fiona Woodhouse, de la sociedad para la prevención de la crueldad animal, destacó las principales lagunas en materia de lucha contra este comercio, que representa millones de dólares, en el territorio semiautónomo.

El problema más evidente, según este trabajo publicado el viernes, es que el contrabando de especies salvajes no está catalogado como delito grave, como el tráfico de droga o de seres humanos.

Las multas impuestas a los contrabandistas de animales salvajes no son muy elevadas y resultan ser poco disuasivas.

Estas expertas estiman que se harían mejores investigaciones si la legislación contra el crimen organizado reprimiese este tipo de tráfico.

En los últimos siete años, las aduanas de Hong Kong incautaron especies salvajes por un valor de unos 99 millones de dólares, incluido 22 toneladas de marfil, 70 de pangolines y 66 de otras especies amenazadas, según el documento.