A pocos días de las elecciones en Brasil, mucha gente expresa su decepción de los dos candidatos

26 de septiembre de 2022, 16:09 PM
26 de septiembre de 2022, 16:09 PM

Reginaldo Gomes pasó de invertir unos 1.600 dólares en la campaña de Jair Bolsonaro en 2018 a hacer hoy llamados apasionados por Lula en las redes sociales: arrepentido, este brasileño busca redención en la próxima elección presidencial.

Para este locutor de rodeo, la política de las últimas dos décadas en Brasil ha sido una espiral de decepciones, empezando con los casos de corrupción del Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva, que lo llevaron a votar por Bolsonaro, y ahora, desencantado con el ultraderechista, vuelve a apostar por el exmandatario de izquierda (2003-2010).

"Si el arrepentimiento matara, ya estaría muerto", afirma Gomes, de 50 años, que vive en Juazeiro, en el estado de Bahía (noreste).

Bolsonaro aparece 14 puntos detrás de Lula para la elección presidencial del domingo (33%-47% de la intención de voto), según el último sondeo del Instituto Datafolha.

El mal manejo de la pandemia - con 686.000 muertos -, la inflación disparada y la agenda ultraconservadora del gobierno alimentó el rechazo contra el presidente, elegido en 2018 en segunda vuelta con 55% de los votos con un discurso de "outsider" político.

Apoyar a Bolsonaro fue como "el síndrome del marido que se va de casa y piensa que todo va a ser mejor, pero se arrepiente", sostiene Carlos Eduardo De Souza, de 51 años, un albañil de Rio de Janeiro. 

"Votar por él es la mayor burrada que he podido hacer", añade, espantado por ejemplo con el discurso homofóbico del mandatario que afecta directamente a su hija trans. "Ella me lo advirtió pero estaba ciego, no quería verlo".

"Es un impresentable, dice estupideces", insiste por su parte Gomes sobre este presidente que calificó el covid-19 de "gripecita" y afirmó que las vacunas podían convertir a la gente en "cocodrilo".

Por eso, tras haber invertido 5.000 reales (casi USD 1.600 al cambio de la época) para imprimir camisetas de campaña para Bolsonaro, ahora quiere pedir "perdón" a Lula por haberlo tratado de "ladrón", según asegura en su último video de Tik Tok. 

- "Voté como venezolana" -

Joana Alenso, psicóloga de 41 años, nació en Brasil pero creció en Venezuela. Como muchos en el país caribeño, la crisis económica la llevó a emigrar a Rio de Janeiro con su familia.

En 2018 votó por Bolsonaro "convencida". "Caí en el juego de 'no, cómo voy a votar por el PT, como venezolana no puedo votar por el PT", visto como un aliado del chavismo por la cercana relación entre Lula y Hugo Chávez a inicios de los 2000, y su apoyo a la cuestionada elección de Nicolás Maduro en 2013.

Bolsonaro suele decir que Brasil terminará convertida en una Venezuela si la izquierda retoma el poder.

"Voté como venezolana (opositora) en 2018. Ahora separé mi sentir brasileño del venezolano y votaré por Lula", asegura. "No puedo apoyar a un narcisista, machista, grosero... sin contar que no hizo nada".

Ese antibolsonarismo es justamente el combustible de Lula para buscar el "voto útil" que podría definir la elección a su favor.

"La tasa de rechazo de Bolsonaro (52%) es mayor que la intención de voto natural de Lula en el primer turno", dice a la AFP Adriano Laureno, analista político de la consultora Prospectiva. 

Además, "existe una nostalgia del gobierno Lula, pues trajo más desarrollo social que el de Bolsonaro".

- "Arma contra la cabeza"

Pero el expresidente también tiene detractores jurados por los escándalos que mancharon su gestión.

Paulo Ferreira, de 70 años, llegó a votar por Lula, pero se fue desencantando con cada revelación y el próximo domingo votará por segunda vez a Bolsonaro.

El PT "es una organización criminal" que "desmanteló" la estatal Petrobras, asegura este jubilado de la petrolera, en relación a las investigaciones sobre una gigantesca red de sobornos que salpicó a Lula y su partido. "No puedo votar de ninguna forma por esta gente", remata. 

Pero no todos tienen un plan. Entre los electores hay resignados que piensan que terminarán votando por Lula para echar a Bolsonaro, pero solo en el segundo turno porque "no merece ganar en el primero" o también quienes votarán en blanco, como Matheus Fernandes, de 27 años.

"Tenemos un arma apuntándonos a la cabeza", dice a la AFP este conductor de Uber en Pernambuco (noreste), el estado natal de Lula.

"Votar por Lula o Bolsonaro es pegarse un tiro", sigue. "Prefiero no votar por ninguno de los dos... Si lo hiciera estaría atentando contra mis principios".

 



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