La propuesta de WWF que recibió más apoyo (78%) fue la de responsabilizar a los fabricantes y minoristas de reducir, reutilizar y reciclar los envases de plástico

24 de noviembre de 2022, 10:40 AM
24 de noviembre de 2022, 10:40 AM

Más de siete de cada 10 personas apoyan que se dicten reglas obligatorias en los países para acabar con la contaminación por plásticos, mostró un sondeo a 23.000 encuestados en 34 países, divulgado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

La encuesta “es una prueba de que existe una demanda abrumadora de un tratado mundial sobre la contaminación por plásticos que haga responsables a los gobiernos y a las empresas que más producen”, dijo Rebecca Prince-Ruiz, directora ejecutiva de la organización Plastic Free Foundation, copartícipe del estudio.

La propuesta que recibió más apoyo (78%) fue la de responsabilizar a los fabricantes y minoristas de reducir, reutilizar y reciclar los envases de plástico.

Le siguen con alto apoyo (77 %) las propuestas de prohibir los plásticos difícilmente reciclables, y de requerir el etiquetado de los productos plásticos de modo que se los clasifique claramente según puedan ser reutilizados, reciclados o cómo debe ser su disposición final.

Para 76% de los encuestados se debe obligar a los fabricantes a utilizar material reciclado en los productos que contengan plástico, y 75% respaldó que se prohíban los plásticos de un solo uso.

La encuesta, realizada países de los cinco continentes y divulgada en Ginebra, alcanzó a seis naciones latinoamericanas. En Argentina, Chile, Colombia, México y Perú todas las propuestas superaron 80% de apoyo, y en Brasil el respaldo superó 70% en los promedios.

Propuestas como eliminar los plásticos de un solo uso recibieron menor respaldo en algunas economías desarrolladas, como Japón (54%), Israel (60), Estados Unidos y Suecia (63), y Canadá y Singapur (69%).

El informe de WWF se publica cinco días antes de que se reúna el Comité de Negociación Intergubernamental (CNI) para desarrollar un instrumento internacional legalmente vinculante sobre la contaminación plástica, dispuesto por la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Unea).

La reunión del CNI de la Unea se realizará en Punta del Este, Uruguay, del 28 de noviembre al 4 de diciembre, y será precedida por un “foro de múltiples partes interesadas”, que debe incluir a gobiernos, sector privado, científicos e investigadores, y organizaciones de la sociedad civil.

Se prevé que el énfasis de esas reuniones esté en la contaminación por plásticos de los océanos y otros espacios acuáticos, y en procura de que las Naciones Unidas cuenten con un tratado vinculante antes de 2025.

El plástico es la fracción más grande, dañina y persistente de los desechos marinos y representa al menos 85% del total de esos desperdicios. En todo el mundo 7000 millones de los 9.200 millones de toneladas de producción acumulada de plástico entre 1950 y 2017 se convirtieron en residuos.

Tres cuartas partes de esos residuos fueron desechados y depositados en vertederos, formaron parte de flujos incontrolados y mal gestionados, o fueron vertidos o abandonados en el medio ambiente, incluso en el mar, y amenazan con intoxicación a todas las especies marinas.

También impacta el clima, pues su fabricación está relacionada con la producción de 1,7 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2), que podrían llegar a 6,5 gigatoneladas en 2050, 15% del presupuesto mundial de carbono, según estudios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Eirik Lindebjerg, líder de política global de plásticos de WWF, dijo que “durante los próximos dos años, el proceso de negociación probablemente expondrá diferencias en lo que los países quieren de un tratado global sobre plásticos”, y “no podemos permitir que las medidas débiles determinen nuestro futuro”.

“Instamos a los gobiernos a garantizar que la urgencia de la crisis de contaminación plástica -que ha dañado nuestros entornos, ecosistemas e innumerables especies, incluido el riesgo para la salud humana- esté presente en todas las decisiones que se tomen”, concluyó Lindebjerg.