A las puertas del verano europeo, "el 50% de la temporada ya está perdida", reconoció el presidente de la federación de hoteleros Federalberghi de las Islas Eolie, un archipiélago volcánico en el mar Tirreno, cerca de Sicilia, meta de un turismo selecto por su naturaleza y aguas cristalinas.

29 de abril de 2020, 10:51 AM
29 de abril de 2020, 10:51 AM

El sector turístico en Italia afronta su peor golpe y las perspectivas no son halagüeñas para las islas del sur de la península, que se proponen como "zona libre de coronavirus" para poder superar una de las temporadas más negras de su historia.

A las puertas del verano europeo, "el 50% de la temporada ya está perdida", reconoció este miércoles Christian Del Bono, presidente de la federación de hoteleros Federalberghi de las Islas Eolie, un archipiélago volcánico en el mar Tirreno, cerca de Sicilia, meta de un turismo selecto por su naturaleza y aguas cristalinas.

"Nosotros vivimos de una monoeconomía, que es el turismo. La situación es dramática", advierte Del Bono en una charla por facebook con un grupo de corresponsales extranjeros.

"La temporada no será suficiente para sobrevivir. El invierno 2020-2021 será negro", dice.

La mayor preocupación es por la gran cantidad de pequeñas empresas familiares, que constituyen la mayoría de ese tejido, que resulta muy frágil.

El sector turismo en Italia representa el 13% del PIB y emplea a 4,2 millones de personas.

"Llegó ayuda económica de 600 euros para el mes de marzo y tenemos que esperar para abril", contó Del Bono.

Citadas por la mitología griega, conocidas por sus vientos y lava, las siete islas, Lipari, Vulcano, Salina, Stromboli, Filicudi, Alicudi y Panarea, que suman unos 15.000 habitantes, cuentan con capacidad para alojar a unas 7.000 personas en 90 hoteles, sin contar las habitaciones y casas informales.

"No tenemos casos de coronavirus. Por eso pedimos junto con los alcaldes la autorización para la creación de una zona segura para las islas", dice Del Bono, quien espera que a partir del 1 de junio los italianos puedan viajar dentro del país, mientras excluye por ahora el turismo internacional, sobre todo de Alemania y Francia.

"La zona segura respetaría un protocolo único, que cumpliría las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, suscrito por los sindicatos y las autoridades de salud nacionales", explica.

Un proyecto que implicaría además el reforzamiento de todo el sistema de salud, actualmente escaso, ya que algunas islas no cuentan ni con una guardia médica.

Con el confinamiento decretado el 9 de marzo, se calcula que se han perdido 90 millones de turistas, 30% de ellos italianos, si se incluye mayo, según indicó Alberto Corti, director del sector turismo de la asociación de comercio y turismo Confcommercio/Confturismo.

Por su parte, el ministro para la Cultura y el Turismo, Dario Franceschini, reconoció hoy en una entrevista al diario Il Messaggero que está trabajando para fijar "criterios uniformes de seguridad sanitaria lo antes posible" con el fin de que se autoricen los viajes dentro de Europa, sin riesgos para el país de llegada. 

"Debemos tener los mismos protocolos y los mismos estándares de protección de la salud, para que los ciudadanos de los distintos países de la Unión Europea puedan moverse tranquilamente", dijo.

El ministro inició una serie de conversaciones con Alemania, el país del que proviene el mayor número de turistas en Italia. 

Sin embargo, la recuperación de la vida económica y social de esos centros turísticos debe ser compatible con las garantías para que el virus no se propague y siguiendo las indicaciones del comité técnico-científico.

"Desafortunadamente el turismo internacional caerá fuertemente este verano. Vamos a hacer una fuerte inversión en el turismo nacional, porque este verano las vacaciones las pasaremos en Italia", aseguró el ministro.

La crisis podría ser la ocasión para las islas de cambiar el modelo de turismo, para fomentar uno menos masivo, más respetuoso del medio ambiente y que no dependa de las estaciones, espera Del Bono.