La familia del pequeño permanece en un campo de prisioneros tras ser sentenciados de poseer una Biblia en su casa. El régimen norcoreano sanciona la libertad religiosa

2 de junio de 2023, 9:47 AM
2 de junio de 2023, 9:47 AM

Por una Biblia. El régimen norcoreano de Kim-Un Yong ha condenado a cadena perpetua a una familia completa y serán trasladados a un campo de prisioneros. Un niño de dos años, integrante de la familia, también deberá cumplir la sentencia de un nada piadoso gobierno autoritario.

Los funcionarios encontraron una Biblia en el hogar de la familia. El sistema judicial del régimen totalitario impuso la tajante sentencia de cadena perpetua siguiendo su política de persecución a la libertad de culto. 

El informe sobre libertad religiosa en el mundo, emitido por el Departamento de Estado de Estados Unidos, reconoce hasta 70.000 cristianos encarcelados en Corea del Norte. El documento recoge las brutales medidas punitivas que habitualmente aplica el líder supremo Kim Jung Un.

“El derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión (en Corea del Norte) también se sigue negando, y las autoridades no toleran sistemas de creencias alternativos”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en julio pasado.

Una nota publicada por el diario The New York Post, resalta las palabras de Guterres. La situación en Corea del Norte, afirma, no ha cambiado desde 2014. Las autoridades “negaron casi por completo los derechos a la libertad de pensamiento, conciencia y religión” y el gobierno violaba con frecuencia los derechos humanos, situación que constituye un crimen de lesa humanidad.

En Corea del Norte, la ley castiga con pena de muerte a las personas sorprendidas en posesión de una Biblia. Además, sus familias son trasladadas a un campo de prisioneros para cumplir sentencias de cadena perpetua por el mismo delito.

El informe referido a la gestión 2022 sostiene que Corea del Norte ha seguido “ejecutando, torturando, arrestando y abusando físicamente de personas por sus actividades religiosas”.

El régimen personalista de Kim-Un Yong reconoce diversas iglesias como oficiales. Operan bajo un estricto control estatal y funcionan en gran medida como espectáculos para los turistas extranjeros, dicen las autoridades.

La organización Korea Future recoge testimonios de víctimas que han sufrido en persona la violencia del Estado. El testimonio de un desertor describe torturas a simpatizantes de los ritos cristianos y chamánicos bajo custodia, les dieron comida contaminada y los ejecutaron arbitrariamente.

Un preso que fue liberado en 2020, revela el informe periodística, dijo que los cristianos son considerados en el peldaño más bajo de la sociedad norcoreana y están constantemente “vulnerables y en peligro”, según el informe.