David Pecker, de 72 años, expresidente de la empresa editora del diario amarillista National Enquirer y primer testigo de la fiscalía en subir al estrado

25 de abril de 2024, 14:32 PM
25 de abril de 2024, 14:32 PM

Donald Trump regresó este jueves al tribunal de Manhattan, donde la fiscalía proseguía el interrogatorio a un editor de la prensa sensacionalista que apoyó al magnate en su campaña de 2016 con noticias positivas y enterrando las negativas.

Cuando faltan menos de siete meses para su esperada revancha ante el presidente demócrata Joe Biden, Trump es el primer exmandatario que se sienta en el banquillo, acusado de falsificar documentos contables para ocultar la compra del silencio de la exactriz Stormy Daniels por una supuesta relación extramatrimonial para que no interfiera en sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca.

Al inicio de la vista, la fiscalía volvió a denunciar ante el juez Juan Merchan que pese a su orden de prohibirle que insulte a personal relacionado con el juicio, el magnate sigue haciendo oídos sordos. Tras una audiencia celebrada el martes por la mañana para analizar reiteradas violaciones, el juez debe anunciar todavía si le multa o no por violar su orden.

David Pecker, de 72 años, expresidente de la empresa editora del diario amarillista National Enquirer y primer testigo de la fiscalía en subir al estrado, desgranó su relación con el magnate republicano y la práctica denominada "atrapar y matar", que consiste en comprar noticias potencialmente perjudiciales para que no vean la luz.

Como la de la modelo de Playboy Karen McDougal, a la que el National Enquirer pagó 150.000 dólares por una historia que estaba tratando de vender durante la campaña de 2016 sobre una relación sexual que habría mantenido con el magnate y que nunca llegó a ser publicada.

"Compramos la historia para que no la publicara ningún otro medio", reconoció Pecker a la fiscalía. "No queríamos que perjudicase a Trump o dañase su campaña".

La fiscalía alega que dicho acuerdo era parte de un plan más amplio del entonces aspirante republicano en los comicios de 2016, que ganó sorpresivamente frente a la demócrata Hillary Clinton.

"Las historias sobre el Sr Trump" así como las "historias negativas sobre sus oponentes" "aumentaban las ventas" del diario y beneficiaban la campaña del magnate inmobiliario neoyorquino, reconoció el martes Pecker en el estrado de los testigos.

"Acuerdo de amigos"

En un "acuerdo de amigos" con el entonces abogado de Trump, Michael Cohen -ahora enemigo jurado que será uno de los testigos estrella de la fiscalía en el juicio contra Trump-, Pecker aseguró que pensaba que le reembolsarían el dinero que pagó para que no se publicara la historia de McDougal.

"No te preocupes, soy tu amigo. El jefe se ocupará de ello", aseguró que le dijo Cohen.

Pecker, que conoce a Trump desde 1989, había llegado a un "acuerdo de amigos" en agosto de 2015 en un encuentro en la Torre Trump de Manhattan entre el magnate, Cohen y la asistente personal del primero, Hope Hicks.

Trump, que amasó su fortuna en el sector inmobiliario neoyorquino, dependía fuertemente de la prensa sensacionalista para cimentar su celebridad, en una ciudad donde era poco apreciado.

Los lectores del National Enquirer "amaban" a Trump, protagonista entonces del programa de telerrealidad "El Aprendiz", un trampolín en 2015 para sus aspiraciones presidenciales.

En plena campaña electoral para los comicios del 5 de noviembre, Trump aparece en la corte cada vez más contrariado e incluso enfadado al ser obligado por el juez a asistir cada día a la vetusta sala y escuchar tanto a la fiscalía y al primer testigo contar sus supuestas fechorías.

Paralelamente, la Corte Suprema de Estados Unidos empezó a examinar este jueves si Trump goza de inmunidad penal como expresidente por sus actos mientras ostentaba el cargo. 

El fallo puede tener repercusiones de gran alcance para el Poder Ejecutivo, pero también para los numerosos frentes legales abiertos contra el magnate, en particular por intentar revertir el resultado de las elecciones de 2020 y por la gestión de documentos secretos cuando abandonó la Casa Blanca.