Gredas que devoran camiones en Beni, llantas bordeando precipicios en La Paz y derrumbes en Santa Cruz: algunos de los caminos más duros del país 

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5 de julio de 2019, 12:21 PM
5 de julio de 2019, 12:21 PM

El país conserva la, a veces bien fundada, fama de tener muy malos caminos. Este puede ser un tema apasionante para los amantes de los desafíos al volante, pero también es un problema que mantiene altas las tasas de mortalidad por accidentes en carreteras y es un obstáculo para interconectar las regiones del país.

La geografía boliviana no ayuda: entre gredosos caminos en medio del amazonas y angostas rutas con constantes derrumbes, viajar por tierra en Bolivia es un desafío para valientes.

Los caminos de la vida En Bolivia hay caminos que están en constante construcción y des trucción. Es el caso de la vía Santa Cruz-Cochabamba, que a pesar de unir dos de las principales ciudades, no encuentra la forma de sobrevivir a las temporadas de lluvia de cada año.

Otros caminos del norte sufren el aislamiento de su condición selvática. Por ejemplo, la carretera Trinidad-Riberalta, que a pesar de tener partes de pavimento, también tiene tramos que por temporadas desaparecen.

En el sur, hay caminos que parecen salidos de la ficción. Como el tunel de piedra del tramo Tupiza- Villazón o el angosto, rocoso e inestable tramo Tupiza-Tarija.

No se puede dejar de mencionar el Camino de la Muerte: el camino a Yungas, célebre en el mundo por tener caídas de agua en una ruta de una sola vía que era muy transitada por camiones y flotas y cuyo límites son precipicios de cientos de metros.

En el momento de realizar esta nota la Administradora Boliviana de Caminos presentaba 12 puntos de restricción vehicular o con desvíos en el mapa interactivo de su página web. Para esta nota fue imposible contactar a la Administradora Boliviana de Caminos, pese a numerosas llamadas a lo largo de toda la jornada.

Un recorrido por caminos desafiantes y que, tanto extranjeros como locales, sortean con sus mejores destrezas al volante.

La ruta a los valles cruceños se deteriora en época de lluvias.

Santa Cruz-Cochabamba 
Una carretera en constante construcción y destrucción 

Son dos de las principales ciudades de Bolivia y existen dos carreteras que las unen; sin embargo, su conexión terrestre nunca se terminó de concretar debido a las falencias de ambos caminos.
En el camino nuevo, El Sillar, y en el nuevo (que data principios de los años 50), La Angostura, son puntos de cuidado. Por la antigua carretera, existen un tramos sin pavimento de unos 70 km y con zonas complicadas, como la conocida “Siberia”, Recorrerlo requiere de la pericia del conductor.
Cada año en épocas de lluvias este camino sufre cortes, deslizamientos y derrumbes.
Poco después se realizan arreglos que se pierden en la siguiente época de lluvias, aunque en general la vía se encuentra en mejor estado que nunca.
Al ser una carretera de alto tráfico, estos deslizamientos o derrumbes provocan accidentes o cortes que dejan parados a cientos de vehículos.

Son dos de las principales ciudades de Bolivia y existen dos carreteras que las unen; sin embargo, su conexión terrestre nunca se terminó de concretar debido a las falencias de ambos caminos.
En el camino nuevo, El Sillar, y en el nuevo (que data principios de los años 50), La Angostura, son puntos de cuidado. Por la antigua carretera, existen un tramos sin pavimento de unos 70 km y con zonas complicadas, como la conocida “Siberia”, Recorrerlo requiere de la pericia del conductor.
Cada año en épocas de lluvias este camino sufre cortes, deslizamientos y derrumbes.
Poco después se realizan arreglos que se pierden en la siguiente época de lluvias, aunque en general la vía se encuentra en mejor estado que nunca.
Al ser una carretera de alto tráfico, estos deslizamientos o derrumbes provocan accidentes o cortes que dejan parados a cientos de vehículos.

Un paisaje tan espectacular como riesgoso

Tupiza-Tarija 
Un tramo con desniveles, rocoso, inestable y angosto

Es un tramo de curvas cerradas y vía angosta rodeada por un costado de cerros rocosos y al otro por largos acantilados.

En varios tramos el cerro parece querer comerse el camino y de hecho cada tanto lo hace. Los deslizamientos son frecuentes y dejan desconectadas las capitales de Tarija con la de Potosí.

Más de un camionero tiene anécdotas pasando frías noches barados allí y solo los más experimentados choferes de flotas se atreven a hacerlo.

Por partes, las curvas son tan cerradas, que los vehículos largos las deben hacen en dos tiempos, retrocediendo un poco en media cuerva para continuar, todo bordeando atemorizantes precipicios.

Un camino para pilotos con los nervios bien templados y seguros de sus habilidades al volante.

"Es capaz de tragarse un camión"

Trinidad-Riberalta
El difícil reto de atravesar la Amazonia 

Los locales bromean diciendo que este camino en realidad no existe y que completar este tramo puede llevar 10 horas como 10 días.
Por partes, este camino está en medio de nada más que una tupida selva, por lo que la posibilidad de algún auxilio es remota.
Con lluvia, el camino se vuelve un pantano de greda resbalosa que los camioneros afirman que “es capaz de tragarse un camión” hasta que es imposible sacarlo de ahí. Esqueletos de camiones en la vía dan fe de que eso es cierto.
Otros caminos que atraviesan el norte sufren la misma suerte, como el que une La Paz y Rurrenabaque, y eso por no mencionar las rutas de Pando.
Toda esta zona es muy vulnerable a las fuertes temporadas de lluvias que las afectan y en las cuales casi nadie se atreve a cruzar sus caminos: solo los más aventureros y a los que no les queda otra.

Una ruta que recibe 30.000 ciclistas cada año

La Paz-Yungas
La ruta de la muerte, con el nombre basta 
Fue construida en los años 30 por prisioneros paraguayos de la Guerra del Chaco y durante 50 años fue la única ruta de acceso a la zona de Los Yungas.

Con apenas 80 kilómetros de longitud, este camino tenía un promedio de casi 200 muertos al año (más de un muerto cada dos días) y un historial de terribles accidentes, como el de 1983, donde 100 personas fallecieron cuando dos buses desbarrancaron.

Es una ruta de una sola vía con altos precipicios y gran flujo de camiones y buses grandes.

Desde los 90’s ya hay otra carretera a la zona por lo que este camino es mucho menos transitado por vehículos de pasajeros. Su fama lo convirtió en un destino turístico que es recorrido por más de 30.000 ciclistas al año.

 

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