Óscar Ortiz denunció supuestos vínculos de Carlos Gill con el Gobierno para adjudicar obras a transnacionales. Inversionista responde que sus actividades son transparentes

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26 de septiembre de 2019, 6:00 AM
26 de septiembre de 2019, 6:00 AM

En un informe de 44 páginas, titulado ‘El empresario favorito del MAS’, Óscar Ortiz, senador y candidato a la Presidencia por Bolivia Dice No, denunció ayer supuestos vínculos del empresario paraguayo-venezolano Carlos Gill Ramírez con el Gobierno, en la adjudicación directa de obras públicas a transnacionales.

Entre los contratos menciona las obras civiles para Mi Teleférico, la instalación de 22 estaciones de regasificación para la planta de Gas Natural Licuado (GNL) de Río Grande y de 13 radares para el Sistema integrado de defensa y control de tránsito aéreo’ (Sidacta).

“Es un empresario que ha hecho muchos negocios con el chavismo, y ahora los hace con el masismo, gracias al esquema de adjudicaciones directas que permiten al señor Gill Ramírez ser el intermediario que traiga a empresas transnacionales. Logra que el Gobierno adjudique directamente cuantiosos contratos, y que estas empresas, a su vez, subcontratan empresas de las cuales Gill ha expresado ser accionista”, dijo Ortiz.

Contratos observados

En el caso de las obras civiles para Mi Teleférico, el sistema de transporte por cable de La Paz, el senador y candidato observa que la empresa austriaca Doppelmayr figura desde julio de 2012 como adjudicataria directa del diseño, construcción y puesta en marcha de tres de sus líneas, y de otros dos contratos entre 2015 y 2017; los cuales representan más de $us 800 millones. A su vez, en el Sistema de Contrataciones Estatales (Sicoes), figuran otros dos contratos para la terciarización o subcontratación de Cotienne, que suman más de Bs 13 millones.

“Si bien la participación de Gill en Cotienne no figura hasta los registros de 2016, su relación en dicha empresa ha sido declarada a la prensa por él mismo”, precisa Ortiz en su informe.

Otro caso es la instalación de estaciones satelitales de regasificación adjudicada a las empresas españolas Sener Ingeniería y Sistemas S.A. y Ros Roca Indox Cryo Energy, con un costo final de $us 189 millones. Para esta obra, Ortiz señala que en el Sicoes se ve que el consorcio Cotienne se adjudicó de manera directa un contrato por más de Bs 162 millones.

El candidato menciona también la compra de radares civiles y aéreos a la empresa Thales Air System, la subcontratación a la empresa paraguaya, Gómez Núñez, y la posterior subcontratación de Cotienne para la instalación. “Llama la atención que se haya subcontratado a una empresa paraguaya cuya filial boliviana se constituye poco tiempo antes de que el Estado Boliviano firme contrato con la Thales Air System para la adquisición de los 13 radares y ésta a la vez contrate Cotienne”, apunta Ortiz.

La respuesta

En un comunicado, el empresario minimizó las afirmaciones del candidato, y dijo que sus inversiones eran transparentes.

“Ya he presentado en distintos ámbitos mi acción como empresario, también he dicho que no hago política, mi actividad empresarial en Bolivia es transparente y apegada a todas las normas legales y éticas; trabajo en mis empresas, para mis empresas y para los más de 15.000 empleados que tengo en América Latina”, afirmó.

Del lado del MAS, el presidente de la comisión de Constitución de Diputados, Lino Cárdenas, calificó de “meras conjeturas” las declaraciones de Ortiz, y dijo que las contrataciones directas están contempladas en las leyes y apuntó que “la aplican también en la Gobernación de Santa Cruz”, al igual que las subcontrataciones.

¿Quién es Gill Ramírez?

Carlos Enrique Gill Ramírez (63 años) es un empresario paraguayo nacionalizado venezolano con inversiones en banca, seguros, hotelería y salud. En Bolivia tiene siete empresas y un fondo de inversiones. Dijo haber invertido más de $us 320 millones y anunció que invertiría otros $us 350 millones en proyectos como el tren bioceánico, que le interesa ya que es dueño de un 50% de Ferroviaria Oriental y de Ferroviaria Andina.

En julio de 2018, en entrevista con EL DEBER desveló que sostenía conversaciones con el presidente Evo Morales “sobre logística”; ya que se declaró impulsor y “pionero” del tren bioceánico.

En su denuncia, Ortiz recordó que Gill es propietario de La Razón, además de vincularlo con otro medio de comunicación y Gravetal. En total, dijo que Gill se benefició con contratos por más de $us 1.000 millones.