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Billonarios costos de la desintegración gasífera del Cono Sur

Alvaro Ríos/Exministro de Hidrocarburos

10 de mayo de 2021, 9:51 AM
10 de mayo de 2021, 9:51 AM

Hasta finales del año 2019 todavía teníamos una visión positiva sobre la ecuación gasífera en el Cono Sur y hasta avizorábamos un posible superávit de producción de gas natural hacia 2025. Las empresas en Vaca Muerta empezaban a perforar, bajar costos y elevar producción. YPFB y las pocas empresas privadas que aún operan en Bolivia tenían algunos prospectos exploratorios que podían descubrir nuevas reservas y nueva producción hasta 2025.

La producción de gas natural asociada al petróleo en el Presal (un conjunto de rocas ubicadas en las fracciones marinas de gran parte de la costa de Brasil, con potencial para la generación y acumulación de petróleo) parecía venir viento en popa y se esperaba que se reinyecte menos gas al yacimiento y se destine más gas al mercado interno.
Finalmente, se avizoraba una lenta y complementaria penetración por parte de Gas Natural Licuado (GNL) flexible importado. Sin embargo, nada de lo anterior aconteció y todo indica que vamos camino a importar ingentes cantidades de GNL en todo el Cono Sur, principalmente en Brasil.

Como todos sabemos, el mercado de gas natural en Brasil está bajo una profunda y avanzada reforma para dejar atrás el secante monopolio que ejercía Petrobras en toda la cadena, lo cual resultó devastador por los elevados precios que pagan los usuarios finales. 

Por esta razón, las empresas demandantes de gas en Brasil se encaminan a buscar oferta de producción nacional (principalmente offshore), de importaciones de Bolivia, de GNL y, por qué no, plantear importaciones de gas natural desde Argentina.

La producción de gas natural en Bolivia, como todos sabemos, está en franca declinación y la escasa exploración convencional no ha dado los resultados que se esperaban.
La oferta de gas natural de Bolivia ya no estará disponible como en el pasado para Brasil y ese gas debe ser reemplazado con otro de algún lado. Lo anterior deja los gasoductos en Bolivia con cada vez mayor capacidad ociosa para llegar desde la frontera con Argentina hasta la frontera con Brasil. Y también deja con capacidad ociosa al gasoducto TBG, en el lado de Brasil, que si no se lo usa será revertido.

Toda esta capacidad de transporte sin uso debe y puede utilizarse. Es más, se puede plantear almacenamiento subterráneo en Bolivia, que sirva para optimizar las oscilaciones y estacionalidad de producción y demanda. Es decir, pico de demanda en invierno en Argentina y estiaje en Brasil. Un verdadero proyecto de integración gasífero utilizando infraestructura existente y ociosa.

La alternativa óptima es que el gas ya descubierto (shale) en Vaca Muerta, con explotación eficiente y de escala, puede lograr muy bajos costos de producción, como ya se ha demostrado, y llegar al gran mercado de Brasil.

 
No hay que olvidar que la producción de gas natural del noreste argentino está también en franca declinación y depende de la producción declinante de Bolivia. Por lo tanto, tarde o temprano las empresas en Argentina tendrán que revertir, con inversiones marginales, el gasoducto TGN para abastecer el norte argentino y llegar así a la frontera con Bolivia.

Mientras, Bolivia podría mejorar su legislación y lograr mayor exploración para sacar, más adelante, recursos que están bajo la tierra. El gas de Argentina puede fluir desde Bolivia sin problema al gran mercado en expansión de Brasil. ¿Por qué esperar? ¿Y si no hacemos esto que se propone, se tendrá que importar vía GNL gran parte de la demanda de Brasil?

¿Qué pérdidas estimadas tendría esto para el Cono Sur? Las mismas irían a parar a los países que exportan y transportan GNL. Un rápido análisis para un gas competitivo en São Paulo, de entre 6 a 7 $us/MMBTU, que compita con el GNL importado indica que el Cono Sur dejarían de percibir los siguientes ingresos entre 2023 y 2033. 

Producción de gas Argentina: 5.600 millones de dólares. Transporte de gas Argentina: 3.500 millones de dólares. Transporte de gas Bolivia: 1.500 millones. Transporte de gas TBG Brasil: 1.650 millones. Para un total de 12.250 millones de dólares. ¿No sería entregarle estos recursos en bandeja de plata al GNL y que el gasoducto Gas Transboliviano (GTB) se revierta en breve?

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