Opinión

Bolivia en la perspectiva económica mundial

11 de agosto de 2021, 5:00 AM
11 de agosto de 2021, 5:00 AM

A poco de alcanzar nuestro Bicentenario como Estado independiente y habiendo transcurrido este tiempo con dolorosas transformaciones para el país, como las pérdidas territoriales, sin haber tenido siquiera una sola conquista más allá de nuestra libertad, los bolivianos persistimos con nuestros pensamientos anclados en el colonialismo basado en el extractivismo, con las taras internas enmascaradas en falsos regionalismos; aun sin darnos tiempo y razón para realizar una introspección seria, mirar el entorno, el mundo, el universo, y a partir de ello construir una visión del país que queremos y la sociedad que anhelamos.

En esta oportunidad realizaremos un breve esbozo del contexto de la economía global y sus principales hitos según los informes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, todo esto aun en el tiempo de la pandemia que confronta la humanidad y que ha trastocado las economías en todas las regiones del mundo. Lo importante de analizar el contexto global es situarnos en la perspectiva económica mundial y ajustar las políticas y objetivos macroeconómicos así como las medidas de corto plazo que afectan a la microeconomía, la demanda de la población, la oferta del sector productivo y el empleo de los bolivianos.

Según el último reporte del barómetro económico global del Banco Mundial, se prevé que la economía mundial crezca un 6% en 2021 y un 4,9% en 2022. Las perspectivas para las economías de mercados emergentes y en desarrollo se han reducido para 2021, especialmente para Asia. Por el contrario, el pronóstico para las economías avanzadas es de un mayor crecimiento, producto de la evolución de la pandemia y los cambios en el apoyo a las políticas de incentivo económico. La mejora de 0,5% en la perspectiva de crecimiento global para 2022 se deriva en gran medida de la mejora prevista para las economías avanzadas, en particular los Estados Unidos, que aprobará legislación de apoyo fiscal adicional en la segunda mitad de 2021 y las métricas de salud con mejoras en general.

La prioridad de los organismos financieros multilaterales, la OMC y OMS, es desplegar vacunas de manera equitativa en todo el mundo. Una propuesta de 50.000 millones de dólares del FMI, respaldada por la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial, proporciona objetivos claros y acciones pragmáticas a un costo factible para acabar la pandemia.

Una de las medidas financieras multilaterales importantes lanzada también por el FMI es el respaldo a las medidas de reactivación de las economías con limitaciones financieras que también necesitan un acceso sin obstáculos a la liquidez internacional. La propuesta de asignación general de derechos especiales de giro (DEG) de 650.000 millones de dólares está destinada a impulsar los activos de reserva de todas las economías y ayudar a aliviar las limitaciones de liquidez y a su vez permitirles cubrir sus obligaciones de deuda de corto y largo plazo sin reducir la inversión pública, pero controlando el gasto sin dejar de atender la prioridad de la salud de las poblaciones más vulnerables.

Señala también el Banco Mundial que los países deben redoblar los esfuerzos colectivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas acciones multilaterales pueden reforzarse con políticas a nivel nacional adaptadas a la etapa de la crisis que ayuden a catalizar una recuperación sostenible e inclusiva. Las políticas concertadas y bien dirigidas pueden marcar la diferencia entre un futuro de recuperaciones duraderas para todas las economías, ya que muchos luchan con la crisis de salud mientras que un puñado de condiciones de reactivación se normalizan, aunque con la amenaza constante de nuevos brotes.

El informe Bolivia del Fondo Monetario Internacional, publicado el pasado 4 de agosto, refleja una perspectiva económica de recuperación para el 2021 del 5% de crecimiento del PIB y del 4% para el 2022, lo que significa que nos debería tomar dos años la recuperación de la caída de la economía del 2020 que aún se estima en 8,8%. Sin embargo, el mayor problema se observa en el déficit público que podría llegar al 10% del PIB, la caída de las reservas internacionales netas que hasta mayo de este año habían caído a menos de 5 mil millones de dólares, de los cuales menos de la mitad son divisas disponibles. El otro problema importante es la creciente deuda interna y externa junto con las limitaciones de inversión pública, que el Gobierno busca revertir con inversiones de más de 1.600 millones de dólares al primer semestre de 2021.

En este escenario cabe analizar que la recuperación de la contracción del 2020 de una forma vigorosa y acelerada, se logrará incrementando la producción y exportación de la agroindustria, minería y pecuaria aprovechando los precios altos; mayor inversión pública en infraestructura y obras de impacto en sectores de generación de energías alternativas; reactivar las micro y pequeñas empresas que generan dos terceras partes del empleo con fondos de reactivación de bajas tasas y periodos razonables de gracia; reduciendo la presión fiscal sobre el sector formal; adoptando medidas de excepción en la política laboral que permitan más contratación con menos carga social.

Todas estas medidas tomadas en consenso público-privado, deberían situarnos con mejores perspectivas de futuro en el contexto de la economía global.

Antonio Rocha Gallardo - Presidente - CNDA


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