Opinión

Bolivia merece un Ministerio de Tecnología

1 de enero de 2021, 5:00 AM
1 de enero de 2021, 5:00 AM

La tecnología digital ha transformado al mundo. El sector privado ha reconocido este hecho y ha creado la posición ejecutiva de jefe o jefa de tecnología, el o la responsable de entender y confrontar las cuestiones tecnológicas con las que se enfrenta y se enfrentará su empresa. Es una alta posición que típicamente reporta directamente al director ejecutivo ya que las cuestiones tecnológicas son fundamentales no solo para el éxito de la empresa sino para su propia sobrevivencia.

Muchos gobiernos nacionales también han reconocido la importancia de la tecnología y establecido ministerios para impulsarlo en sus países. Argentina tiene al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que, por ejemplo, brinda financiamiento a empresas y consorcios público-privados de base tecnológica. Brasil creó un Ministério da Ciência, Tecnologia e Inovações que, entre otros programas, ofrece cursos de entrenamiento en software para la ciudadanía. Chile cuenta con su Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, que tiene como una de sus tareas la creación de una política nacional sobre la inteligencia artificial para empoderar su uso en el país. Colombia fundó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación a principios de este año con varias funciones, incluyendo la coordinación de esfuerzos gubernamentales en el área de tecnología. En septiembre, ya se propuso en Perú la creación de un ministerio similar.

Desafortunadamente, nuestro gobierno aún no se ha despertado de la misma manera a la nueva realidad del mundo digital y a todos los problemas y las oportunidades que esta presenta a sus países. El presidente Luis Arce debería reconocer esta transformación digital e inaugurar un Ministerio de Tecnología en su Gabinete Ministerial que impulse a la tecnología en Bolivia.

Este ministerio sería responsable de facilitar y acelerar la digitalización del gobierno y del país y, al mismo tiempo, prepararnos para y protegernos de los retos y las amenazas que la digitalización trae consigo. La cartera ministerial incluiría digitalizar el gobierno (p. ej., crear alternativas digitales para trámites públicos), mejorar nuestra infraestructura técnica (p. ej., aumentar el acceso al internet), apoyar a empresas y a emprendimientos digitales (p. ej., simplificar y modernizar las regulaciones relevantes), promover la educación técnica formal e informal (p. ej., financiando bootcamps de ingeniería de software), y abrir los datos del gobierno (p. ej., facilitar su uso por startups digitales para el beneficio de la ciudadanía).

También incluiría proyectos que protejan a Bolivia en un mundo digitalizado: resguardar y regular la privacidad de los datos personales, definir responsabilidad y procesar en casos de crimen y fraude digital, y colaborar con las Fuerzas Armadas para crear una Fuerza Digital que defienda al país en contra de ataques digitales.

Hay varias razones por las cuales esta cartera de responsabilidades amerita su propio ministerio. Primero, estos proyectos requieren de alto y especializado conocimiento técnico y experiencia en el sector de tecnología. No sería fácil encargarlos a ministerios sin esta especialización. Segundo, es más eficiente gestionar esta cartera por una sola organización central en vez de varios ministerios que crearían redundancia y carecerían de coordinación y estandarización. Finalmente, la digitalización del país amerita que el funcionario público o la funcionaria pública con más alta responsabilidad de impulsarla reporte directamente al presidente.

Nuestro nuevo gobierno debería reconocer que la tecnología digital de este siglo está transformando al mundo drástica y rápidamente. Y un gobierno diseñado el siglo pasado tiene que adaptarse y evolucionar a los retos de la digitalización, como ya lo han hecho tanos de los gobiernos sudamericanos. Bolivia no merece menos.

 



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