12 de julio de 2021, 5:00 AM
12 de julio de 2021, 5:00 AM


La expectativa de vida, la calidad de vida, la esperanza de vida y el presente de hoy. Ayer se celebró el Día Mundial de la Población, de nosotros, los seres que forjamos nuestras vidas con lo que somos y lo que queremos ser, con lo que añoramos y planificamos ser y hacer.

Hoy en el planeta Tierra habitamos 7.600 millones de personas, pero hace 32 años, cuando se declaró el Día Mundial de la Población, éramos poco más de 5.000 millones. Si bien se estima que en 2030 seremos 8.500, 9.700 millones en 2050 y 10.900 millones en 2100, los desequilibrios han provocado la disminución de la expectativa de vida en no pocas regiones del planeta. Un reciente estudio revela que a causa de la pandemia la esperanza de vida disminuyó en decenas de naciones, sobre todo en las sociedades más vulnerables.

Un estudio demográfico de la Universidad de Oxford señala que, de los 26 países contemplados, en 24 la esperanza de vida al nacer disminuyó de 2019 a 2020, como consecuencia directa de la pandemia de covid-19. Y desde la misma perspectiva, las mujeres de 14 países y los hombres de 10, presentan una esperanza de vida al nacer más baja en 2020 que en 2015, considerando que este año fue excepcionalmente dañino.

Según la Organización Panamericana de la Salud, en Bolivia, la esperanza de vida se mantiene en 71 años, antes de 2020.

Hoy el sector salud, por ejemplo, es el más golpeado, particularmente las mujeres que brindan atención en todos los niveles. Pero la mujer en general, que debe sostener un espacio laboral, el cuidado de los hijos y muchas veces de personas mayores confinadas, sufrieron más las consecuencias en estos últimos dos años. Mayor desgaste físico y psicológico, tuvieron menos horas de descanso y menos ingresos, ya que muchas han dejado de trabajar o redujeron sus horas laborales.

Según recientes investigaciones del Fondo de Población de las Naciones Unidas, se estima que 12 millones de ellas sufrieron interrupciones en los servicios de planificación familiar y que además solo el 55 % de ellas puede tomar sus propias decisiones sobre su cuerpo.

En este nuevo informe de Naciones Unidas resalta el crecimiento de violencia intrafamiliar. Un 58 % de las mujeres víctimas de asesinatos murieron a manos de su pareja o de un miembro de su propia familia en el mundo. La violencia de género marca un capítulo aparte y nuestro país logra niveles muy preocupantes. Siete de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de violencia.

Como hemos señalado, Bolivia ocupa el podio en América Latina con una de las mayores tasas de feminicidios con más de un centenar de casos por año y sin políticas gubernamentales que hayan tomado seriamente cartas en el asunto. Datos que llevan historias de vida y luto en las familias bolivianas y que deben ser definitivamente tomadas en cuenta para investigar, sancionar y fortalecer proyectos y políticas de acciones inmediatas. ¿No es acaso este un lugar que se merece el derecho a una vida libre de violencia?

Una vez más se busca sensibilizar al mundo para mejorar nuestro entorno, nuestras sociedades y por supuesto, a nosotros mismos. Celebremos con nuestras poblaciones trabajando en ese sentido hoy y todos los días.



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