12 de mayo de 2024, 19:49 PM
12 de mayo de 2024, 19:49 PM

La economía siempre pasa por ciclos, es casi senoidal, es por eso que lo que se busca es que durante los ciclos altos se produzca desarrollo y durante los ciclos bajos el costo social sea el menor posible, es una dinámica compleja en el detalle pero simple en su desarrollo práctico y sus afectaciones. La economía tiene una parte científica, una parte cultural y una parte especulativa; y siempre, pero siempre, está supeditada a la política.

A casi 200 años de ser república, durante los cuales la matriz productiva del país viene siendo predominantemente extractivista, vemos que es necesario, por no decir urgente, un cambio de modelo. El modelo extractivista trajo auges cortos y recesiones largas, nos hizo víctimas de “guerras imperiales” en las que perdimos siempre, territorio, riqueza y dignidad.

Los imperios, constructores como el español o destructores como el inglés, en complicidad con los feudalismos “andinocentristas” y sus logias militares, siempre apostaron a los recursos naturales, el control político de su extracción, transporte y venta, y la hegemonía del uso de la fuerza de quien a ellos les convenga en la región. Así pasó con Potosí con los españoles, así pasó con el guano y el salitre que perdimos con los ingleses (y no es un burdo error histórico, ellos usaron a los chilenos para tal propósito) lo mismo con la goma del Acre y el Chaco.

El país siempre pierde, pero ciertas élites feudales se enriquecen igual, reconozco que NO son serias las teorías conspiranoicas en un artículo, pero si hurgamos la historia con un poco más de agudeza, nos tendríamos que pregunta por ejemplo: ¿quién mató realmente a Hilarion Daza y quien negoció esa guerra, incluso antes que comenzara? (entre otras cosas).

Ya en tiempos modernos, postmodernos en realidad, luego de la perestroika y la caída del muro de Berlín, una nueva forma de imperio surge, o más bien resurge, “un nuevo fantasma recorre esta vez las calles de latinoamérica, el fantasma del socialismo del siglo XXI” y paradójicamente nos hace lo mismo que los “imperios ad usum” se aprovechan de nuestra economía extractivista, nos endulzan con un auge y luego nos meten a una recesión, que no sabemos qué tan larga será y qué consecuencias sociales traerá. ¿No suena a que la historia se repite? … plata, estaño, guano, salitre, caucho, gas, litio.

Por eso y teniendo en cuenta que hay una región, que a algunos les cuesta asumir que también es Bolivia, como son los pueblos orientales, que han desarrollado una economía basada en la agroindustria y el desarrollo integral, con un crecimiento demográfico acelerado, una plusvalía de sus terrenos, migración, consumo, construcción, educación y tecnología, es lógico pensar en la tesis de un modelo productivo mixto, basado en extracción sostenible e industria.

El mundo sustituyó en gran medida el estaño por el plástico, el caucho por la petroquímica, hoy va camino a sustituir los combustibles fósiles por la electricidad en los vehículos y pronto el gas cederá espacio a la energía nuclear; pero la población mundial va en aumento y aún no hay tecnología que reemplace la necesidad de alimentarnos. La agroindustria crece sin generar grandes problemas geopolíticos, escuchamos de guerras por petróleo, pero no por soya, trigo o carne.

Es urgente un cambio de modelo productivo de mayormente extractivista a mixto, pero como planteo en el inicio del artículo, la economía está supeditada a la política … ergo … el cambio de modelo económico requiere un cambio de modelo político, con mayor participación y protagonismo del oriente, no por regionalismo, sino porque es necesario que el poder entienda el modelo para potenciar sus beneficios en vez de postergar y perseguir la región.