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6 de junio de 2019, 4:00 AM
6 de junio de 2019, 4:00 AM

Reflexionemos sobre el fondo del tema. El drama de una niña convertida en madre a la fuerza, producto de una violación, y una bebé que se debate entre la vida y la muerte por la decisión tomada al amparo de un marco legal con ciertos vacíos, ponen en relieve un cuadro desgarrador que no solo conmueve, sino que lamentablemente se seguirá repitiendo, con una u otra variante, si como sociedad no tomamos más conciencia y atacamos con mayor efectividad el fondo del problema. El abuso sexual de menores sigue siendo un drama diario. Las cifras de la Unidad de Víctimas Especiales (UVE) muestran que el año pasado se registraron 251 casos de violación a infantes, niños, niñas y adolescentes, además de estupros, solo en la capital cruceña. Si las autoridades ven en la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) o cualquier otra medida similar, un camino, incluso contra la conciencia de muchos médicos, no es una solución al problema de fondo. La sociedad espera más mano dura contra los abusadores, más campañas de prevención y, sobre todo, políticas sociales que fortalezcan el núcleo familiar, que es donde más se producen estos hechos.

Un mercado persa en las veredas. Ese es el aspecto que dejan los letreros, las maquinarias y otras mercaderías que son puestas sobre los espacios públicos en la zona de Alto San Pedro, donde los transeúntes se ven obligados a bajarse de las veredas para poder circular por la zona. La Alcaldía retira 2.000 letreros ilegales por año y aunque parezca una cifra elevada, queda corta ante la falta de conciencia por parte de los dueños de tiendas y negocios que aprovechan cualquier calle, poste, árbol o vereda para poner su letrero. Ser parte de la ciudad nos exige respetar al otro. No esperemos que nos caiga un operativo o una multa para hacerlo.