Opinión

Cara a cara

13 de agosto de 2020, 22:36 PM
13 de agosto de 2020, 22:36 PM

Bolivia, el país del desencuentro. Así se muestra en este momento esta patria nuestra, tan golpeada por la confrontación política. No es algo nuevo. Ya pasó en otros momentos de la historia. El problema es que vivimos reviviendo la experiencia, sin poder dar un paso hacia adelante. A estas alturas, el insulto y la agresión al que piensa diferente es el gran obstáculo para la reconciliación. A pesar de los discursos, en la realidad no es evidente un esfuerzo de escuchar al otro, de saber cuáles son sus motivaciones. Insistir en la descalificación solo perpetúa los problemas. 

Los problemas políticos suenan increíbles para quienes no viven en Bolivia. No logran comprender que entre ciudadanos se causen semejante daño. Lamentablemente, esa perspectiva no es clara dentro de Bolivia; en tiempos de conflicto solo se escucha a los extremistas de uno y otro lado, que buscan prevalecer al precio que sea. Hay que recuperar la institucionalidad. Los discursos de odio hacen infinito el dolor. Ojalá que la clase política tome conciencia y que sus representantes se den cuenta de que un cambio en el estado de conciencia quedará como un hito en la historia para impulsar a Bolivia a otro nivel de relación social y de desarrollo.

 Si trascender este momento depende de cada boliviano, no se puede desconocer que hace falta un liderazgo sereno y visionario (por ahora no se ve en ninguno de los candidatos a la Presidencia). Hay ejemplos en el mundo, Nelson Mandela es uno de ellos. ¿Por qué no soñar con alguien así para Bolivia?

Tags