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Cara a Cara

25 de mayo de 2022, 4:00 AM
25 de mayo de 2022, 4:00 AM

Siete de cada diez bolivianos se alimentan de lo que produce Santa Cruz, aunque el Gobierno no ha recibido ni una sola vez a los productores cruceños para escucharlos y recoger sus demandas. Los delegados por el Ejecutivo no le entienden al asunto y hasta distorsionan los hechos. Como ocurrió con la escasez del maíz, atribuida por despistados funcionarios que acusaron a los productores de ocultar el grano dizque para causar agio y llenarse los bolsillos. Lo hicieron desde la comodidad de sus escritorios sin conocer sobre el terreno las causas reales de la falta del producto, relacionadas con prolongadas sequías, la ausencia de incentivos para los cultivos y el rechazo de la biotecnología para mejorar la producción y reducir sus costos.

Y en medio del desdén y de la indiferencia gobernante, la región más productiva y motor de la economía del país sufre los embates de sectores identificados con el oficialismo y su ‘instrumento político’. Responden a la actitud perversa de morder la mano de quien les da de comer. No es casual que, sistemáticamente, toda una cadena productiva sea frenada por frecuentes bloqueos de carreteras. De yapa, el avasallamiento de tierras, la quema de bosques y reservas para la expansión de cocales, el ninguneo de instituciones y autoridades cruceñas nos hacen preguntarnos: ¿Por qué tanto abuso y atropello? ¿Algo no estamos haciendo bien para que nos traten tan mal incluso hasta quienes encontraron techo y rancho en esta tierra bendita, abierta y generosa? Los desafectos gratuitos están atirantando mucho la pita.

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