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Cara a Cara

26 de mayo de 2022, 4:00 AM
26 de mayo de 2022, 4:00 AM

Una radiografía descarnada de la Justicia fue presentada el relator especial de las Naciones Unidas, Diego García-Sayán. En su informe muestra que la situación actual no solo es culpa de los malos jueces, sino de todo un sistema que tiene leyes contradictorias, designación arbitraria e ilegal de fiscales, jueces mal pagados, injerencia política, entre otras condiciones. Puso en evidencia la carencia de fiscales, jueces, defensores de oficio, etc. Y también la cantidad de procesos de violencia de género que no avanzan, entre otros. Al leerlo da la impresión de que vivimos en una sociedad tribal, donde impera la ley del más fuerte (poderoso) y donde se somete a la mayoría de los bolivianos a la injusticia total.

García-Sayán dejó contundentemente claro que hay injerencia política y todo tipo de presiones sobre el sistema. Exhortó a las autoridades del Estado a abstenerse de opinar sobre procesos judiciales, cuestionó el exceso de prisión preventiva en Bolivia y demandó que los detenidos sean tratados con respeto y humanidad. Puso como ejemplo a Jeanine Áñez como una mala forma de proceder, así como a la falta de justicia para las víctimas de Sacaba, Senkata y otras regiones.

 Las tareas que deja son claras. Opinó que la elección de magistrados por voto universal no es el camino para tener autoridades probas. Exhortó al Estado a elegir un defensor del pueblo titular. También llamó a que se apruebe una ley de acceso a la información. De más está decir que pidió mejorar el presupuesto del Poder Judicial, así como cumplir otros objetivos si de verdad se quiere transformar la maltrecha justicia.

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