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3 de junio de 2022, 4:00 AM
3 de junio de 2022, 4:00 AM

Los aymaras celebran su año nuevo el 21 de junio. Este año marcará, dicen ellos, el año 5.530. ¿De dónde sale ese número? Supuestamente de sumar a cinco ciclos de 1.000 años, esto es 5.000, el número de años transcurridos desde el nacimiento de Jesucristo, pero restando el número de años del descubrimiento (sí, descubrimiento) de América por Cristóbal Colón. Es decir 2022 menos 1492 dan 530. Pues esos 530 los suman a 5.000. Resultado: año 5.530. ¿Qué tiene que ver la fecha del nacimiento de Cristo con el 12 de octubre de 1492 que los españoles llegaron a América? ¡Nada! ¿Y de dónde salen los cinco ciclos y por qué no podrían ser dos, 30 o 63 ciclos? De la imaginación de algún novelista frustrado. Es decir, toda una patraña cantinflesca.

 Ahora dice el vicepresidente David Choquehuanca que en preparación del Año Nuevo Aymara del 21 de junio, sus hermanos no deben comer carne desde 40 días antes, no deben beber ni una gota de alcohol ni tener sexo durante ese periodo. Otro embuste. ¿Alguien se imagina que desde el 13 de mayo hasta el 21 de junio de 2022 los aymaras no comen carne, no beben alcohol ni tienen sexo? Se podría escribir mucho acerca de cualquiera de esas tres falsas abstinencias y resultarían verdaderos tratados de ficción a lo Isaac Asimov. Olvidó decir el señor vicepresidente si a la abstinencia sexual también tendrán que sumarse las piedras, para que no tengan piedritas en nueve meses. A lo que hemos llegado.

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