Cara a Cara

¿Qué hace que sumen los energúmenos? El dueño de una camioneta cara y lujosa no dudó en dar una feroz golpiza a un joven que se gana la vida como delivery. Lo acusó de chocarlo y le pidió dinero; al no obtenerlo, lo golpeó y lo pateó de manera salvaje. Después se fue campante a su vehículo. Para lo que no tiene esa ‘bravura’ es para presentarse y rendir cuentas por el abuso cometido. Solo pasaron unos días y otra vez ocurre una agresión cobarde a una mujer. Ella tomó un taxi, el chofer paró por otros cuatro pasajeros y la señora se opuso, como es lógico. Eran dos parejas que, sin dudar y sin un mínimo de racionalidad, agredieron a la pasajera, incluso le dieron una patada en la cara.

Es una conducta recurrente. Hace algunos meses vimos cómo se agredía a trabajadores de restaurantes por no dar gusto a los comensales. Esto demuestra que hay personas que viven como trompo, girando sobre sí mismas sin que importe lo que ocurre alrededor. Es una falta de empatía que raya en la locura. Es tiempo de mirarse en el espejo como sociedad y de detectar qué valores estamos alimentando y por qué no logramos salir del egoísmo. Si así pasa en la vía pública, no hace falta mucha imaginación para entender qué hacen estas personas en sus casas o con quienes les rodean.

También es responsabilidad de la falta de educación ciudadana que hay en Santa Cruz de la Sierra. En tanto sigamos con autoridades que le dan más valor a cuán costosa es la ropa que visten o cómo poder aplastar al oponente, dejamos a niños, jóvenes y adultos sin referentes, viviendo en una jungla donde vale la ley del puñetazo.