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Cara a Cara

21 de junio de 2022, 4:00 AM
21 de junio de 2022, 4:00 AM

Indisimulables se ven las grietas en el MAS. Tras la mentada reunión de los cocaleros con el presidente Luis Arce, la Asamblea de la Alteñidad sacó un comunicado en el que deja claro que los cultivadores de coca de Chapare no son dueños del país y que El Alto triplica la población que hay en el trópico de Cochabamba. El vicepresidente estuvo ausente en el encuentro de la Casa Grande del Pueblo y esa es otra señal, ya que los allegados a Evo Morales lo han tenido como blanco de sus ataques en los últimos días. Según dirigentes del MAS, hay un acomodo del poder. Lo cierto es que en octubre habrá un congreso donde también está en juego la actual dirigencia del partido en función de Gobierno. Hay quienes dicen que Morales es insustituible, pero hay voces (que van aumentando) que piensan lo contrario.

Las peleas políticas del MAS distraen. Pese a los anuncios oficiales de bienestar, la inflación se siente cada día más, el Censo no avanza como debe y hay una serie de problemas reales que no son atendidos. Ni qué decir de la justicia, que ahora ya no solo preocupa a los bolivianos, sino también a la comunidad internacional.

 La violencia sexual infantil no es de casos aislados en el país. Son muchas las denuncias y escasa la justicia que encuentran. Un reportaje de EL DEBER muestra el calvario de madres que peregrinan años en busca de sanción contra los responsables de destrozar la vida de sus niñas y niños. Esa es la realidad. Las leyes pintan un sistema ideal para frenar este tipo de dramas; en la vida diaria es evidente que fiscales, policías y hasta jueces son inconmovibles e indiferentes.

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