Cara a Cara

Una semana que se va volando como un fantasma que nos deja desorbitados de espanto. Crímenes, persecuciones, fugas, capturas, guanteletes y mucho dolor. Corrupción en las oficinas públicas y las fisuras que agrietan las distancias allá arriba. Pobre presente en una guerra de declaraciones cada día más abominable. Definitivamente la pandemia no sacudió las barbas en remojo y sigue como una marea que va llevándose lo mejor y dejando una estela de fango de la que seguimos bebiendo el veneno. Que San Juan no nos queme en su hoguera.


La quinta ola, por su parte, sigue en alza. El impacto en la salud de un contagio se fue minimizando a medida que el número de dosis toma la delantera. El pico de la nueva ola será en la segunda semana de julio según las proyecciones y mientras se saturan los espacios en los hospitales y las enfermeras le gritan al ministro que sin ellas no hay hospital, el fin de semana es una nueva posibilidad para inmunizarse de nuevo y empezar a ganarle al coronavirus en serio.

La Corte Suprema de Estados Unidos sepultó el derecho al aborto. Una medida que trajo una explosión de protestas callejeras y las que vendrán. Algunos estados (4) ya prohibieron la interrupción del embarazo en sus territorios. Lo que para Trump es una victoria histórica, Biden ha denunciado un "error trágico" que "pone en peligro la salud y la vida de las mujeres". La cuestión es que el nuevo fallo Roe vs. Wade pateó el tablero y las piezas ya están en el aire.