25 de diciembre de 2022, 4:51 AM
25 de diciembre de 2022, 4:51 AM

El alcalde municipal Jhonny Fernández ha hecho noticia por estas fechas navideñas. Está alistando maletas para un viaje al extranjero que realizará entre el 9 y el 13 de enero de 2023. Sin que fueran expuestos los motivos de su ausencia ni se conozca el destino al que se dirigirá, el Concejo Municipal aprobó, con seis votos, el permiso solicitado por Fernández. La voz de los concejales opositores apenas se dejó sentir sobre el particular, como si no fuera asunto de suma importancia el viaje del alcalde que únicamente argumentó cuestiones personales para realizarlo, aunque manteniendo en reserva estricta el rumbo que tomará. Quiere decir que, excepto su entorno íntimo, nadie sabrá el por qué ni donde se mandará a mudar el principal responsable de administrar y conducir la urbe cruceña.

 Y como ha ocurrido en anteriores oportunidades, probablemente porque se trata de alguien que es de su entera confianza, el alcalde Fernández dejará en su reemplazo a su hijo Luis Miguel que funge como concejal por UCS en el Órgano Deliberante y donde su participación es casi imperceptible. En todo caso, mucho mayor protagonismo tiene adquirido, pese a ser suplente, otro ucesista con frecuentes comparecencias frente a cámaras y micrófonos.

Por decir lo menos, no es responsable ni ético que el alcalde vuelva a encomendar a su vástago entrañable el cuidado del sillón municipal. Tampoco la administración de la ciudad más grande y conflictiva del país con sus muy graves problemas que arrastra, sin visos de solución, desde hace ya tiempo muy largo.