Cara a Cara

Quedan solo cuatro días de este año. Entre el frenesí de las fiestas navideñas, los balances en la oficina y la rutina diaria, pocos hacen una pausa para mirar lo que deja y lo que se lleva. A veces, solo las situaciones de shock permiten tomar conciencia real de cómo estamos llevando la vida. A veces también se utilizan estos días para hacer planes para el siguiente año. Lo único real es que la incertidumbre es la eterna compañera. Un día estás seguro y al día siguiente la vida te mueve el piso y te va quitando los apoyos. ¿Se puede hacer proyectos en esas condiciones? Con seguridad que sí y los más valiosos son los que tienen que ver con uno mismo, con la capacidad de vivir hacia adentro y no tanto hacia afuera; o sea, capacidad de elegir lo que realmente anhela el alma y no lo que dictan las reglas sociales, las expectativas familiares o del entorno cercano.

 Muchas personas tienen dos compañeros eternos o, al menos, a uno de ellos. El miedo al futuro y la culpa por lo que hizo o dejó de hacer en el pasado. Sin embargo, lo único real es el presente, El poder del Ahora, como titula el libro famoso de Ekhart Tolle, traducido a muchos idiomas y casi una biblia para muchos. Ahí el autor dice: “Recuerda que el presente es todo lo que tienes. Haz del ahora el centro de tu vida”. Es crear un nuevo habito, que es enfrentarse con uno mismo: ser el que interpela, pero también el que valora y comprende, que no huye de la propia realidad, sino que es capaz de esculpirla como anhela. Eso solo es posible en el Aquí y Ahora. Que el 2024 sea propicio para hacerlo.