14 de marzo de 2024, 7:43 AM
14 de marzo de 2024, 7:43 AM

Las inundaciones representan el desastre natural más frecuente en Bolivia, y más del 40% de su población vive en zonas susceptibles a este fenómeno, según un informe del BID. Hasta marzo de este año, el último mes de la temporada históricamente más lluviosa, los resultados son desastrosos: cerca de 40.000 familias han sido perjudicadas en los nueve departamentos. Estos desastres comparten un denominador común: la precariedad de la infraestructura para hacer frente al desborde de los ríos y los deficientes sistemas de drenaje para evacuar las aguas de lluvia de alta intensidad.

El persistente problema en las ciudades bolivianas es que el crecimiento poblacional siempre supera al desarrollo planificado. Como resultado, las viviendas y sus instalaciones se construyen en lugares poco apropiados, sin considerar los riesgos de deslizamientos y deslaves, entre otros. Además, las poblaciones asentadas cerca de los ríos suelen destruir o debilitar los defensivos naturales, como los bosques, que protegen de las crecidas y turbiones.

El próximo censo de población y vivienda es crucial para planificar el crecimiento urbano y mejorar la infraestructura, preparándose así mejor para hacer frente a los desastres naturales. Nos permite identificar áreas de necesidades prioritarias y diseñar políticas para mejorar la vida de la gente. ¿Cuántas personas viven al borde de los ríos en Pando? ¿Cuántas viven en laderas inhabitables en La Paz? ¿Cuántas carecen de acceso a agua potable en Tarija? Estas deberían ser nuestras mayores preocupaciones relacionadas con el censo, y no los problemas limítrofes que se han suscitado recientemente.

Tags