27 de julio de 2024, 4:00 AM
27 de julio de 2024, 4:00 AM

Venezuela apuesta por la esperanza. La cita de mañana supone mucho más que una elección de presidente. Las encuestas apuntan a un triunfo de la ciudadanía ante un régimen que se aferra, amenazante, al poder. Nicolás Maduro redobló su perfil más autoritario. Advirtió con “un baño de sangre” si los venezolanos optan por un ‘cambio de proceso’. Ni siquiera la reflexión del presidente de Brasil, Lula Da Silva, logró calmar los ímpetus violentos y antidemocráticos del dirigente sindical.

El liderazgo desprendido de María Corina Machado es la clave que integra la oposición venezolana. En la boleta aparecerá el rostro de Edmundo González Urrutia, pero en el voto estará el espíritu contestatario de la referente política de Vente Venezuela. El miedo de Maduro a la democracia transparente direccionó la inhabilitación no solo de Machado, sino también de Corina Yoris, la primera persona designada para suplirla. El argumento para la exclusión de Yoris no podía ser tan trivial como malintencionado: “una falla de sistema” en el formulario digital de registro.

El ejemplo de cohesión política mostrado por la oposición venezolana dista mucho de las propuestas de unidad en Bolivia. Machado ha consolidado una propuesta alternativa para “lograr una transición pacífica” a partir de un acuerdo con todos los frentes. Venezuela “debe sanar las heridas y reencontrarse” apuntaló en más de una ocasión. El camino de la oposición pasa, ineludiblemente, por dejar a un lado los apegos personales y armar un proyecto político, económico y social que dé solución a los problemas que nos agobian en el día a día.

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