5 de agosto de 2024, 3:55 AM
5 de agosto de 2024, 3:55 AM

El incremento de precios en Bolivia preocupa a comerciantes y la población en general. Con alzas que alcanzan el 50% en productos básicos, la presión sobre los bolsillos de los bolivianos se hace insostenible. Este panorama exige del Gobierno una respuesta rápida y efectiva para mitigar los efectos de esta inflación desbordada.

El Fondo Monetario Internacional sugiere que una reducción del déficit fiscal podría enfriar la demanda agregada y, en consecuencia, la inflación. Esto permitiría al Banco Central evitar el aumento de las tasas de interés, que podrían frenar aún más la economía. En un contexto donde el riesgo país de Bolivia limita los presupuestos y los niveles de deuda pública superan los pre-pandemia, controlar el déficit se vuelve esencial para fortalecer la estabilidad económica del país.

Por el contrario, aplicar estímulos fiscales en medio de una inflación alta, aunque las cifras del INE contradigan la realidad en los mercados, obligaría a un endurecimiento de la política monetaria, incrementando el riesgo de crisis financieras. Con deudas elevadas en los sectores público y privado, el sistema financiero podría verse seriamente comprometido.

Es imperativo que el Gobierno tome medidas equilibradas. La prioridad debe ser controlar el déficit fiscal, lo que permitirá mantener la inflación bajo control. Además, se debe trabajar en políticas que fortalezcan el sector productivo nacional para reducir la dependencia de importaciones, principales causa del aumento de precios.

La coyuntura actual exige decisiones valientes y prudentes para proteger la economía de Bolivia. Solo con una gestión fiscal responsable y una visión a largo plazo se podrá garantizar un futuro económico más estable.

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