Cara a cara
En el día del estudiante es inevitable navegar en el recuerdo. En mi caso, esa mirada al pasado llega cargada de agradables historias de infancia. Quizá con un toque de ingenuidad, en mis años de estudiante sentía “la responsabilidad” de prepararme para cambiar el mundo. Al menos, nos inculcaban ese pensamiento en las aulas.
El día del estudiante es una invitación a seguir soñando, como en los tiempos de colegio. La capacidad de mirar el presente y el futuro sin perder la capacidad de sincero asombro es una invitación al optimismo. Aún hoy, a pesar de tantos problemas que nos invaden, está en nuestras manos transformar el entorno que nos rodea. Somos, como pregonan tantos coach modernos, protagonistas de nuestro destino.
Si de protagonistas se trata, estamos más que servidos en Bolivia. La disputa por el liderazgo en el MAS entre Luis Arce y Evo Morales encamina el destino del país hacia el abismo. No les importa. La crisis económica y la escasez de ciertos bienes se han instrumentalizado como parte de sus discursos, un argumento que explica sus errores de gestión o dimensiona las salidas hipotéticas a la problemática generada por ellos mismos.
No hay dos sin tres, dice el dicho. En Santa Cruz, la cuenta se hace más larga. Cinco, seis… se puede seguir, pues parece que en el departamento hay muchos candidatos que se ven con perfil presidenciable ganador. No desaprovechan comparecencia pública para convocar a la consolidación de un frente único, para, nada más apartarse de los micrófonos, susurrar que ellos y solo ellos pueden encabezar dicha unidad. Alguien, vaya usted a saber con qué intereses, les ha hecho creer que juegan un papel preponderante en esta batalla presidencial. Alguien les etiqueta, sin pudor, de protagonistas.