25 de marzo de 2023, 4:00 AM
25 de marzo de 2023, 4:00 AM

Después de las gasificaciones, reuniones inocuas, de diálogo de sordos y amenazas, el paro de maestros se llevó a cabo ayer en todo el territorio nacional.

La falta de condiciones es uno de los temas fundamentales en que se basa el reclamo del sector. La diferencia entre la demanda y la oferta del Gobierno es notoria y casi imposible si se ve desde el punto de vista numérico. Los tiempos excesivos para lograr acuerdos, la falta de voluntad política y el maltrato a los maestros en las aulas y en las calles, hicieron que la crónica de un paro anunciado se escribiera sola.

Tres semanas de imágenes con policías gasificando la cara de maestros que han recorrido el mundo. ¿Así tratamos a la educación en un país donde se embandera con orgullo la frase de estar haciendo la revolución democrática y cultural de los últimos tiempos? “La educación verdadera, dijo alguna vez Paulo Freire, es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo”. Hoy vemos que se acciona con gas que intenta silenciar, que reprime, gas que busca apagar la voz de los que enseñan, de los que transmiten conocimientos, de los que edifican el futuro.

La vergonzosa situación ha tensionado al país en el cadalso de la inoperancia. En la agonía de la semana el país sintió las voces del magisterio nacional. El magisterio urbano cumplió el paro anunciado de 24 horas con marchas y bloqueos e incluso algunos cierres de frontera. Tres semanas de movilizaciones no fueron suficientes para evitar esta medida extrema. Las demandas se resumen en mayor presupuesto para la educación, ítems de nueva creación y el cuestionamiento a los nuevos contenidos de la malla curricular. Como era de esperar, la mala calidad del diálogo no dio frutos. 

En Santa Cruz los educadores comenzaron las protestas el jueves por la noche bloqueando varios puntos de la urbe capitalina. La salida de buses se vio afectada al día siguiente. Varias unidades educativas cerraron sus puertas. Se sumaron varios bloqueos en las fronteras con Brasil y Argentina. No pocas vías carreteras fueron interrumpidas en todos los departamentos del país. Cada región subrayó la medida de diferentes formas con una misma consigna. En la sede de Gobierno una marcha masiva compuesta por profesores y padres de familia irrumpió el centro paceño haciendo sentir sus demandas, aunque no hay peor sordo que el que no quiere oír.

Como si la educación no fuera tan importante como el aire que respiramos, el Gobierno no ha podido entender su relevancia incrustada en las reiteradas demandas. Si la capacidad de diálogo ha reprobado en este examen de grado por indolencia o incapacidad, debieran ser otros los actores y otros escenarios al menos para demostrar que existe una voluntad política honesta y valiente para resolver los problemas de todos, porque cabalmente la educación involucra a todos. Ojalá que la semana entrante se dé vuelta a la página por el bien de la buena educación de un país que la necesita, y mucho.

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