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6 de noviembre de 2022, 12:37 PM
6 de noviembre de 2022, 12:37 PM

La reunión ‘técnica’ para definir la fecha del Censo de Población y Vivienda comenzó en Trinidad con no buenos augurios: para comenzar, con un retraso desconsiderado de tres horas por la tardía llegada del presidente Luis Arce; y para continuar, con un discurso completamente confrontador que busca culpabilizar a Santa Cruz y que repite de manera incansable la teoría de un supuesto afán de derrocarlo, que no existe.
A estas alturas, y a fuerza de tanta reiteración, habría que comenzar a pensar que o al presidente le cuesta bastante hacer lecturas políticas correctas de una determina coyuntura o alguien hace mal la lectura por él y luego se la transmite para que la repita.
El vocero presidencial prácticamente vive en Santa Cruz en este tiempo, lo mismo que algunos de sus ministros. Ellos tendrían que transmitirle al presidente que lo que hay en esta ciudad es una movilización ciudadana auténtica y legítima, que no está motivada por otra cosa que no sea la realización del censo el año 2023.
¿Desestabilización y derrocamiento? Nada más lejos de la realidad. Si ese fuera el objetivo, el presidente la tendría muy fácil: con una firma que abrogue el decreto 4750 daría por finalizados los ‘intentos desestabilizadores’ y todos bien.
También se persiste en identificar en el gobernador Luis Fernando Camacho al genio y figura de la protesta cruceña, cuando todas las personas medianamente informadas saben que la resolución del paro indefinido salió de un cabildo multitudinario y la coordinación de un comité interinstitucional donde Camacho es uno más de varios integrantes. En todo caso si hay una cabeza del comité impulsor, ese es Vicente Cuéllar, rector de la Universidad Gabriel René Moreno (Uagrm).
A la reunión de la mesa técnica del Beni asistieron más políticos que técnicos, y se vio mucho de show y poco de análisis técnico en las primeras horas. Cuando se instaló finalmente la mesa técnica, se les retuvo los celulares a los asistentes, en una muestra de que al Gobierno, que otra vez hace de juez y parte, no le interesa la transparencia. ¿Qué se quiere esconder prohibiendo que los asistentes tengan sus dispositivos móviles a mano?
Ayer, el rector Cuéllar y el asesor José Luis Santistevan se retiraron de la reunión ante la negativa del ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, de entregar la documentación del INE de manera física para estudiar su cronograma y en base a eso hacer propuestas para ajustar los tiempos.
La delegación cruceña denunció que el ministro Cusicanqui les corta la palabra, se molesta con ellos por el pedido de información, entre otras cosas. Así, claramente no hay condiciones ni buenas perspectivas para encontrar una salida al conflicto.
En pocas palabras: el Gobierno vuelve a demostrar que no tiene voluntad de resolver el problema e insiste, y en Trinidad con maniobras, en el 2024 como el año del censo. Nada ha cambiado, cada vez que el Gobierno convoca a reuniones lleva primero a sus aliados para hacer presión a través del sistema de mayorías para imponer su propio punto de vista.
La mesa de Trinidad, que de técnica tiene muy poco porque es más política, está pegada con chicle y en cualquier momento se vendrá abajo si el Ejecutivo persiste en su ceguera, de espaldas a un departamento que sacrificadamente ingresa hoy en el día 16 de paro indefinido.

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