10 de agosto de 2020, 3:00 AM
10 de agosto de 2020, 3:00 AM

Lejos de la cordura, los bloqueos continúan y los radicales que los protagonizan han dado paso al secuestro de rehenes y a los enfrentamientos entre bolivianos, con la amenaza de que esta situación siga desbordada y deje saldos de luto y dolor para todos.

Infructuosos fueron los llamados al diálogo y el afán de devolver paz a la nación. El Tribunal Supremo Electoral llegó a acuerdos que se incumplieron de parte de la Central Obrera Boliviana, cuyo principal dirigente está actuando de manera irresponsable y violando las leyes del país, con la acción de impedir el paso de medicamentos, de oxígeno, de alimentos y de personas. Argumenta que “el TSE no da su brazo a torcer”, como si ese órgano del Estado tuviera que obedecer los caprichos de una entidad sindical que ha perdido el norte de sus objetivos, convirtiéndose en la institución de choque de un partido político.

La presidenta hizo un llamado a dialogar, pero brillaron por su ausencia los candidatos Carlos Mesa, Jorge Quiroga, Luis Arce y Luis Fernando Camacho, demostrando que la competencia vale más para ellos que la paz social de Bolivia. Tampoco asistieron los presidentes de las Cámaras de la Asamblea Legislativa, en una acción soberbia que insiste en desconocer que Bolivia tiene una presidenta constitucional, que asumió cuando el anterior mandatario abandonó el país y cuyo ascenso fue reconocido por el Tribunal Constitucional Plurinacional. Menos acudió la COB, que estaba aún ocupada atendiendo a sus bases en los puntos de bloqueo.

La irresponsabilidad demostrada hasta aquí hace ver que poco importan los intereses de la patria a los llamados a trabajar por ella. Lejos de buscar la paz, hay candidatos como Luis Fernando Camacho que convoca a la sociedad civil a desbloquear aún a sabiendas que esa acción desencadenará enfrentamientos.

Hasta el momento se han cometido varios delitos por parte de los bloqueadores. Desde la obstrucción del libre tránsito de los bolivianos, pasando por delitos contra la salud y terminando en secuestros y maltrato a personas que fueron retenidas en los lugares donde hay obstrucción del paso. Frente a esta situación ¿dónde está el fiscal general del Estado? El señor Juan Lanchipa brilla por su ausencia, no se sabe si es por miedo o porque obedece a otros amos que no son precisamente el cumplimiento de la ley. Las faltas a las normas deberían ser indagadas de oficio porque a nadie le cabe duda que cerrar el paso de medicamentos, oxígeno y ambulancias son delitos de lesa humanidad; secuestrar y golpear a personas por el solo hecho de expresar su posición también son acciones delincuenciales.

Por otro lado, es positivo que se convoque al diálogo y que se agoten todas las posibilidades, pero también es imperioso que se siente presencia del Estado en todo el territorio nacional. No es correcto que las fuerzas del orden se replieguen y que se dé vía libre a los enfrentamientos, que se van a dar si no hay una intervención institucional en los puntos de bloqueo.

Bolivia vive horas decisivas. Es imperioso que todos recuperen la cordura. El Gobierno para cumplir la misión de proteger a la ciudadanía, los bloqueadores para que abandonen las posiciones radicales y miren en perspectiva. Si hay fecha de elecciones para el 18 de octubre, fijadas por el órgano del Estado llamado a hacerlo, no hay que seguir insistiendo en la violencia. Los candidatos deben salir de su burbuja y darse cuenta de que en este momento la competencia electoral pasa a segundo plano. Todos ellos deben contribuir a la paz social, en lugar de estar en el cálculo de votos. Finalmente, lo que hagan en este momento determinará cuán confiables son para gobernar este país.

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