10 de junio de 2024, 4:00 AM
10 de junio de 2024, 4:00 AM

El 2021 decidí comprar mi primer vehículo, por necesidad de trabajo. A un inicio me rehusaba hacer la compra, porque es un gasto fuerte y porque manejar en nuestras calles es un estrés por el transporte desorganizado. Como conductor nuevo, solo me preocupaba en no raspar el aro de las llantas, estacionar en lugares seguros y lavarlo una vez por semana Cargar gasolina no era un problema. Sin embargo, desde el año pasado me afronto a una nueva preocupación, mantener mi tanque de gasolina medio lleno o hacer hora para comprar combustible en largas filas. Ahora esta es la preocupación de muchos.

En noviembre de 2023 publiqué una columna de opinión titulada “Importación directa para el autoconsumo, una solución a la escasez del diésel”. Trataba de explicar una solución que fue convenida en los 10 puntos suscritos entre el Gobierno y algunos gremios empresariales del país. No obstante, a la fecha, comprar combustibles aún es un reto, que como una ruleta rusa uno no sabe cuándo habrá diésel o gasolina. No es culpa del sector empresarial privado ni de la población, no es un tema de especulación o de sobredemanda. Es un problema que en Bolivia se afronta en cada rincón.

Ahora escribo nuevamente, reiterando una solución y proponiendo otras dos.

Respecto a la importación directa de carburantes, de acuerdo con el Decreto Supremo N.° 28419 y amparado en la Ley de Hidrocarburos, las personas individuales o colectivas privadas pueden solicitar a la ANH la importación de productos refinados regulados como el diésel oíl y gasolina, en tanto sea exclusivamente para consumo propio. Para esto, entidades como el Ministerio de Hidrocarburos y Energías, ANH y YPFB deben priorizar y agilizar las solicitudes de importación directa de carburantes, como el diésel oíl y gasolina, en tanto sea para autoconsumo.

Sobre la venta de carburantes a precio internacional a vehículos con placas extranjeras, se debe tomar en cuenta que el Proyecto de Ley N.° 155/2023-2024, presentado por el presidente del Estado, podrá tener un impacto positivo en la lucha contra del contrabando de exportación de carburantes, por lo que se recomienda apoyar esta propuesta. De aprobarse esta iniciativa se prohibirá la venta de combustibles líquidos a precio subvencionado en la franja de 50 km de la línea fronteriza, a vehículos de uso particular con placa de circulación extranjera de propiedad de residentes bolivianos en el exterior, quienes algunos podrían estar dedicándose al contrabando de carburantes.

En cuanto a la focalización del subsidio de carburantes, Ecuador, al igual que Bolivia, subsidia los carburantes para su población, por ejemplo, en junio de 2022 un galón de diésel costaba $us 1,75 mientras que en Perú $us 3,60, lo que fomentaba el contrabando de exportación de carburantes ecuatorianos a Perú. Por este motivo en 2022, durante la presidencia de Guillermo Lasso, se debatió la necesidad de focalizar el subsidio de carburantes. El 1 de diciembre de esa gestión el expresidente de Ecuador determinó eliminar el diésel del sector camaronero mediante del Decreto Ejecutivo N.° 614, ya que ese sector contrabandeaba carburantes. Lasso señaló en una publicación de X que esta medida permitiría “generar un ahorro aproximado de $160 millones anuales”.

El caso ecuatoriano marca una senda que Bolivia podría emular. Con la focalización del subsidio de carburantes se podría priorizar los sectores a los que corresponderá mantener el subsidio. Aunque, para esto no se debe repetir el error que ocurrió el 26 de diciembre de 2010 con la emisión del Decreto Supremo N.° 748, que al eliminar los subsidios de manera generalizada afectó a toda la población, ocasionando un estallido social.

Una política de focalización del subsidio de carburantes en Bolivia puede ser aprobada a través de un Decreto Supremo. Sin embargo, es necesario: determinar técnicamente a qué sectores se eliminará el subsidio, ver cuál será el impacto en ahorro de divisas para el Estado, socializar y convenir esta propuesta con la población. La eliminación del subsidio debe centrarse en las actividades ilícitas en las fronteras, la minería ilegal y los “autos chutos”, porque que merman divisas y nos deja sin diésel ni gasolina.

Solo necesitamos reconocer nuestra realidad: no hay divisas para seguir subsidiando. Quienes nos gobiernan deben asumir medidas rápidas que aseguren el aprovisionamiento normal de combustibles para la población.



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