9 de enero de 2022, 4:00 AM
9 de enero de 2022, 4:00 AM

Hemos dejado atrás el año más estresante de la historia, el 2021 fue considerado como el año más estresante de la historia por la forma de encarar el trabajo con la pandemia de Covid-19.

Esta pandemia aparte de los problemas económicos, sociales y de salud que presenta ha afectado negativamente la salud mental del 78% de la fuerza laboral mundial según el estudio presentado por Oracle y Workplace Intelligence que ha entrevistado a más de 12.000 empleados, gerentes, líderes de recursos humanos y ejecutivos en 11 países.

El 70% de los colaboradores, entre gerentes, líderes de recursos humanos y ejecutivos de 11 países en el mundo consideran que el coronavirus creó el año más estresante de la historia.

Cerramos el 2021 con luces y sombras, sobre todo con la esperanza de que el 2022 será mejor y sobre todo podremos vencer el temido virus que sigue azotando con sus temidas olas. Vamos por la cuarta.

Esta pandemia también ha azotado la economía del país, muchas personas se han quedado sin trabajo y para sumar al estrés de la salud, nuestros problemas sociales son a diario, amenazas, marchas, mensajes digitales que incendian las redes sociales. Realmente vivimos en una sociedad recontra estresada.

Pero, esta nota tiene la intención de sembrar sobre todo la fe, entendida como la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.

Hemos pasado el año más estresante de la historia, pero estamos encarando un nuevo año, con nuevos desafíos, con nuevos objetivos y sobre todo con una nueva motivación para ver los problemas y desafío desde una perspectiva de la renovada fe.

Tengamos certeza en que venceremos este virus, seamos más solidarios, trabajemos en la gracia, en ser agradecidos con lo que tenemos, con la vida y con nuestro momento y sobre todo, replantemos nuestra convicción y nuestra fe.

Hemos vencido el año más estresante de la historia, tenemos muchos familiares y amigos luchado en la soledad de su casa contra este virus, pero sobre todo estamos vivos y eso es motivo de celebración, motivo de sembrar esperanza, de fe y sobre todo de amor a la vida, a Dios y a los demás. Ánimos, que será un año positivo.

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