12 de marzo de 2024, 7:21 AM
12 de marzo de 2024, 7:21 AM

El Parque Metropolitano Ecológico Río Piraí, más conocido como Cordón Ecológico, es sin duda el ecosistema más importante de Santa Cruz de la Sierra. Fue creado para proteger a la ciudad de las inundaciones causadas por el río. A pesar de estar protegido por ley, este espacio enfrenta diversas presiones, tanto legales como de otro tipo, que buscan su urbanización, tratándolo como cualquier otro barrio.   

Hay múltiples intereses en juego. Esta área verde limita con la zona de mayor plusvalía de la ciudad, como Equipetrol Norte, lo que la hace atractiva para desarrolladores inmobiliarios. Su disposición alargada prácticamente conecta los municipios del área metropolitana, lo que ha suscitado propuestas de construcción de una costanera o malecón a lo largo del río, con potenciales impactos ambientales.

A pesar de su importancia, el Cordón ya no se encuentra en un estado tan virgen como se podría pensar. Imágenes satelitales muestran cierto grado de deforestación debido a asentamientos ilegales y apertura de caminos utilizados para actividades de extracción de áridos. Además, se ha dado a conocer que se está avanzando en una solicitud para ampliar la mancha urbana sobre esas 1.500 hectáreas de bosque urbano.   

Se supone que tanto la Alcaldía de Santa Cruz, como la Gobernación, a través del Searpi, tienen las competencias y el respaldo legal necesarios para proteger el Cordón Ecológico de estas presiones. Sin embargo, existen debilidades tanto jurídicas como estructurales que dificultan el cumplimiento de este objetivo. La complejidad del tema requiere un análisis exhaustivo. Por ello, EL DEBER invitó a especialistas y a representantes de la Alcaldía y del Searpi a debatir el tema. Estos dos últimos no pudieron estar presentes.  

A pesar de las ausencias en la discusión, los participantes aportaron valiosos conceptos sobre la historia y la situación actual de esta zona de protección. Una conclusión importante es que la normativa vigente establece claramente que el Cordón Ecológico no es urbanizable. Señalaron, sin embargo, que las autoridades llamadas por ley para conservarlo y mejorarlo no han cumplido con sus obligaciones.

Por ejemplo, en 2004, la ley ordenaba a tres ministerios viabilizar la ejecución del Parque Metropolitano en un plazo de cinco años, además de crear un fondo financiero que priorizara la zona durante 20 años. Estas disposiciones no se han cumplido. Además, aún no se ha completado la protección contra inundaciones entre la urbe cruceña y el municipio de La Guardia, lo que aumenta el riesgo de una inundación igual o peor a la de 1983.

El punto neurálgico desde el punto de vista jurídico es la solicitud de homologación de ampliación de la zona urbana sobre el Cordón. Aunque la Alcaldía ha aclarado que esto no necesariamente implica su urbanización, los participantes no están convencidos.

El talón de Aquiles de la Alcaldía, se dijo en el debate, radica en no haber tenido la capacidad de aprobar un plan de ordenamiento para este espacio en los 20 años que han transcurridos desde que se aprobó la norma nacional de creación. Ya en 2005, el Plan de Ordenamiento Territorial (PLOT) definía la zona como área no urbanizable, pero primero debió hacerse el plan que lo incorporara.

“La cosa está muy gorda”, dijo un especialista para graficar la presión que se cierne sobre el Cordón. Con la aparición de autoridades nacionales en el conflicto, reclamos de supuestos nuevos propietarios y superposiciones de títulos de propiedad, la situación se complica aún más. En este difícil panorama, la lucha por preservar el Parque Metropolitano se convierte en una verdadera batalla cuesta arriba.   

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