Entre cunimis y llokallas
Un asesor político de Manfred Reyes Villa ha dicho, entre otras lindezas, que Santa Cruz es “cunumi, mestiza y de provincia”. Eso ha desatado malestar y también ira entre los cruceños, lo que es una exageración. No merecería llegar a las páginas de los periódicos, redes sociales y a la televisión. El “asesor” ha dicho lo que piensa o lo que le da la gana de decir, con un propósito indudable de fastidiarnos.
Francamente, yo no me molesto, porque el “asesor” tiene sus razones ciertas, ya que en Santa Cruz abundan los cunumis y mestizos. Además, el “asesor” no sabe que existe un tipo todavía inferior al cunumi, que es el pobre “chori”, del que ahora ni los cruceños nos acordamos. Así que hacernos los ofendidos y salir furiosos a rebatirlo, es un exceso digno de provincianos.
Una hábil y reconocida periodista de la televisión cruceña, entrevistó al “asesor” y le preguntó que, si en Santa Cruz había cunumis, qué clase similar existía en Cochabamba, La Paz, y en las zonas andinas en general. El “asesor” se fue por las ramas, trató de enredar a su entrevistadora, se portó malcriado, y no quiso reconocer que, por allá, el mestizaje era visible en los “llokallas”, las imillas, los cholos y las cholas. Allí decir cholo o chola, causa un efecto que puede llevarte a los tribunales, lo que no sucede en el oriente con el cunumi o camba. Las cholas son, desde la ascensión del MAS al poder, “señoras de pollera”, lo que es un complejo gracioso, porque cholo o chola, no es un insulto, lo que sí puede ser “llokalla” o imilla. Cholo, como cunumi o camba, es resultado del mestizaje entre españoles e indígenas. Ahora bien, que, en las alturas de Bolivia, los individuos se parezcan más a los indígenas que a los conquistadores, que sean menos apuestos, no tiene remedio ni debería ser motivo de resentimiento ni odio.
En suma, para tranquilidad del “asesor”, le podemos asegurar que hay muy pocos cunumis en Cochabamba, La Paz u Oruro, porque los cunumis aman su tierra y quieren vivir aquí en el oriente. Sin embargo, para que el “asesor” tome nota, Santa Cruz está llena de “llokallas”, imillas, cholos y cholas, que llegan en camionadas diarias a Santa Cruz, algunos limpios y trabajadores y otros sucios y avasalladores, ladrones de propiedades privadas, como los llamados “interculturales”.
Eso es todo. Cunumicitas aquí e imillitas allá. Cambas aquí y cholos allá. No hay vuelta que darle, somos dos naciones distintas en un solo país. Cholas son esas señoras que odian España y que ultrajan, cada 12 de octubre, a la reina Isabel la Católica o al gran Cristóbal Colón, mientras que en Santa Cruz se los venera hasta en su himno. Ahí lo dejamos.