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29 de agosto de 2024, 17:30 PM
29 de agosto de 2024, 17:30 PM



por Horacio Poppe

Así como Sucre y Potosí tuvieron su momento en la historia, como protagonistas, durante tres siglos. Y así como La Paz también lo tuvo sin que nadie se lo compita durante el siglo pasado. Este siglo es indefectiblemente de Santa Cruz.

Y no porque lo querramos, sino porque la historia obra así, caprichosamente, cerrando ciclos y abriendo otros. Nos lo enseñó Spengler.

Hoy no hay decisión alguna que el país pueda tomar sin Santa Cruz.

Pero Santa Cruz está encapsulada, mirándose al ombligo, sin saber de este difícil rol histórico que le toca cumplir.

Habrá que decirlo con franqueza: es que todavía no sienten suyo el país. Así como La Paz sintió suyos el chaco, los valles y los llanos, aprovechando discrecionalmente del gas y el mineral que no tenía en su propio subsuelo.

Al cruceño le falta llegar al Salar de Uyuni como dueño, no como turista. Le falta tomar parte en las decisiones sobre la minería y no verla como asunto ajeno. Le falta llegar a Sucre y saber que ese gran patrimonio arquitectónico y cultural es también parte de su pasado (o sino que se los recuerde Gabriel René Moreno). Le falta jactarse de su buen vino cinteño y tarijeño, porque también es de ellos. Le falta no solo llegar, sino establecerse, sacar provecho, competir y compartir.

Les falta apropiarse, espiritualmente, de Boliva.

Porque no hay otro camino posible. Para independizarse ya es tarde. Para frenar la migración, también.

Ya no son más esa olvidada Santa Cruz de antaño que muchos añoran. Ese lindo pueblo de carretones y calles empolvadas.

Hoy Santa Cruz es la síntesis de la bolivianidad.

Son la metrópoli indiscutible del país.

En suelo camba viven collas, chapacos, vallunos, altiplánicos, chaqueños, chicheños, etc. Y gracias a ello el resto del país como nunca antes ve familiarmente sus costumbres, sus modismos, su comida, etc. Porque no hay una sola familia en el interior del país que no tenga un "colla tropicalizado", es decir, un familiar acambado.

A ciencia cierta, en estos últimos 20 años, ha sido más fuerte el "proceso espontáneo" de cruceñización del país que el proceso de indigenización forzado del MAS.

Pero este detalle es algo que aún se les escapa a los líderes cruceños.

A los líderes cruceños les hace falta ir más allá del fuerte de Samaipata. Les hace falta recorrer su país, por muy frío, pobre, pedregoso y agreste que les parezca. Les falta descubrir lo maravilloso que tiene cada rincón de este país. Y apropiárselo sentimentalmente.

Mientras no lo hagan, el poder político parasitario y decrépito afincado en La Paz, siempre castrará toda iniciativa cruceña, de la índole que sea.

Necesitamos a alguien como el "camba Busch" o el General Banzer. Que tome al toro por las astas. Alguien que escape de esa mentalidad instalada hoy en el político cruceño, de solo pensar en las próximas elecciones de su municipio.

Los líderes cruceños tienen hoy las "condiciones objetivas" para ir más allá.

Y esto se hace necesario sobre todo en estos momentos en que el occidente del país ha quedado devastado por las políticas del MAS. Políticas que sólo han aumentado la división étnico social, la miseria alrededor de las ciudades, la fuga de mano de obra en el campo, la corrupción de las instituciones, el parasitismo social, la huida de capitales, el comercio informal, etc.

No lo decimos nosotros, sino los números y la masiva migración, que no es más que el testimonio de un brutal exilio económico de nuestra gente.

Este es su país y tienen que hacerse cargo. Hoy tienen una gran oportunidad de gobernarlo. No resignen el poder que hoy por hoy les corresponde.

O la sombra de ese socialismo secular también llegará a sus tierras, con la misma fuerza con las que pasó por las nuestras.

Vamos. Los estamos esperando.

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