Opinión

Ideologización energética demócrata en EEUU y sus impactos globales

Alvaro Ríos/Ex ministro de Hidrocarburos

4 de julio de 2021, 7:35 AM
4 de julio de 2021, 7:35 AM

Una reciente visita a Corpus Cristi, Texas (Golfo de México) y a su puerto, por no decir el más activo de todos los puertos en EEUU, nos visualizan el siguiente panorama. Un sinnúmero de plataformas de perforación de petróleo y gas natural atracadas en el puerto, sin posibilidad de actividad alguna.

Al frente de las plataformas, miles de miles de hélices y turbinas de viento almacenadas (creemos en su gran mayoría importadas de China, porque de allá vendrán además los paneles y baterías de la transición energética a escala global), listas para ser instaladas y así dotar de energía eléctrica intermitente, que no emite a la atmósfera (que no es lo mismo que no contamina) a ciudadanos de Texas y EEUU.

Esta es la acelerada (fast track) transición energética que los demócratas están tratando de imprimir en su país, y que creemos por el grado de ideologización, tendrá serios impactos económicos en el país del norte y también a escala global en las décadas que vienen. No hay daño más grande que le puedas hacer a la civilización humana que la imposición ideologizada de algún tema o actividad.

Recordemos lo acontecido con Alemania y tengamos muy en cuenta que Alemania no es EEUU. En el país germano, de una manera u otra se ideologizó el tema de la energía y se puso en marcha un plan algo similar al que ahora tratan de imponer los demócratas en EEUU. Es decir, imponer una transición acelerada hacia las energías verdes, con elevados subsidios e incentivos que han resultado en fracaso. 

Se forzó el cierre de plantas a carbón y nucleares. Empero, muy rápidamente se tuvo que retomar el funcionamiento de varias plantas de carbón que había cerrado y se recurrió a importar gran cantidad de energía nuclear de Francia. Las energías verdes subsidiadas e intermitentes encarecieron los precios de la energía y no presentaron una solución de seguridad de abastecimiento.

Todos estamos de acuerdo en una transición energética mundial hacia combustibles menos contaminantes. La Revolución de la Energía Limpia (Green New Deal) propuesta por el partido demócrata sin duda que debe avanzar, pero no al ritmo que quieren imponer los demócratas en EEUU.

Por lo analizado, no es fruto de ordenada transición con seguridad de abastecimiento y que no encarezca los costos globales de energía.

Nadie, pero nadie, desea energía cara. Los costos de producción de las distintas nuevas tecnologías limpias, si bien han disminuido, la infraestructura de transporte, distribución y comercialización debe ser desarrollada y se necesitan billones de dólares y tomará tiempo.

En este escenario de transición, el gas natural es el energético fósil que no puede dejar de ser producido o penalizado por producirlo. No hay con que respaldar las energías intermitentes como lo ha demostrado el experimento de Alemania. En EEUU, el ESG (Enviromental Social and Govermental Risk) que se impulsa para penalizar la producción de gas natural tendrá impactos muy fuertes en la actividad del fracking y en la exploración costa afuera. Imaginemos que la actividad del fracking se reduzca aún mucho más como ya estamos observando actualmente. Los precios del Henry Hub están ya en nuevo horizonte de 3 a 4 $us/MMBTU Vs. los 2 a 3 $us/MMBTU que se tuvo por varios años. 

En los precios de entrega de GNL globales muchos están en referencia a este marcador y otros siguen referidos al petróleo Brent (que también anda por encima de los 70 $us/barril y en ascenso). Varios países de la región como Chile, Argentina, Panamá, Colombia, Brasil y más recientemente Ecuador tendrán que pagar mayores precios por el gas natural importado con este marcador.

Las protestas por los elevados precios del GLP, diésel y gasolina ya empiezan a darse en Perú, Colombia y otros países. Impactarán a los importadores como Chile, Paraguay, Uruguay, Centro América y por qué no decirlo a México, Venezuela y Bolivia que cada vez importan más derivados del petróleo.

Transición energética sí, pero no ideologizada y acelerada. Lo que intentan los demócratas traerá consecuencias muy fuertes para su economía y también disrupciones planetarias impactando más a los que menos tienen. Repetimos, lo que intentan los demócratas en el tema energético tendrá serias consecuencias.

Tags