Opinión

'Impuesto rosa': Un análisis desde la perspectiva del sistema tributario boliviano

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24 de marzo de 2023, 17:22 PM
24 de marzo de 2023, 17:22 PM




Por: Alexandra Ortiz*

Se conoce como 'Impuesto Rosa' (en inglés, 'PinkTax') al tributo escondido en el precio de productos destinados al consumo de mujeres y, por consiguiente, a la carga tributaria que soportan, con relación a la de los hombres. En Bolivia, no hay estudios que demuestren una diferencia en los precios de productos por razones de género, no obstante, si existe un desequilibrio en la carga tributaria al consumo, puesto que nuestro sistema tributario no prevé tasas diferenciadas para el consumo de algunos bienes de primera necesidad, como sucede en otras jurisdicciones.

En los últimos años, la discusión del impuesto rosa ha cobrado protagonismo a escala internacional, por ejemplo, en la década de los 80's el Estado de California – Estados Unidos reguló una prohibición para el incremento de precios de productos por razón de género. En 2015 en el Estado de Nueva York, el Departamento de Asuntos del Consumidor (DCA) realizó un estudio de precios de género (en inglés, “gender princing”) que comparó alrededor de 800 productos entre versiones femeninas y masculinas, identificando que los productos femeninos cuestan un 7% más que los productos masculinos similares. 

En Latinoamérica, concretamente en Brasil, la diferencia de precios entre productos masculinos y femeninos es permitida. Por su parte, Argentina lleva años estudiando los costos adicionales y el impacto impositivo que soportan las mujeres en su ciclo reproductivo, tema sobre el cual existen diferentes estudios que demuestran un desequilibrio e, incluso, a través del canal en twitter #womentax muchos medios y usuarios pueden compartir comparaciones de productos, la disparidad de la carga tributaria y reflexiones sobre este tema.

Ahora, analizando la realidad tributaria boliviana desde un enfoque femenino, las mujeres, por su condición biológica, tienen diferentes necesidades, y su comportamiento como consumidoras es distinto al de los hombres; desde nuestros 12 y hasta los 50 años aproximadamente, necesitan comprar toallas femeninas o tampones y, en algunos casos, analgésicos para sobrellevar los efectos de los “días rojos”, durante la etapa reproductiva y, como efectos del embarazo necesitan adquirir servicios médicos de controles, como ecografías, consultas médicas hasta el parto, y durante la menopausia necesitan adquirir tratamientos hormonales. Todos estos productos y servicios, desde una perspectiva femenina podrían hasta clasificarse como de “primera necesidad”.

Bajo este contexto, es evidente que las necesidades femeninas son diferentes a las masculinas, no obstante, desde un punto de vista impositivo soportan la misma carga tributaria, considerando que, en el sistema tributario boliviano, el IVA que es el impuesto que grava el consumo no prevé tipos reducidos, al menos, no para el consumo de productos femeninos. 

Desde un enfoque de generación de ingresos, de acuerdo con el índice global de brecha de género publicada en la gestión 2022, Bolivia tiene una brecha del 73,4 % situándose en el puesto 51 del ranking, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la brecha salarial por género persiste y las mujeres por el mismo trabajo ganan un 26,5% menos que los hombres. Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha analizado la evolución de la brecha de ingresos laborales por género en Bolivia entre 1993 a 2018, identificando una reducción, sin embargo, todavía la diferencia persiste.

Desde un punto de visto económico, de momento, las mujeres no facturan más, perciben menos ingresos y soportan una carga tributaria al consumo más elevada y periódica en el tiempo que los hombres, la cual deriva del consumo de productos femeninos de primera necesidad, puesto que razones biológicas no tienen las mismas necesidades y su comportamiento como consumidoras es diferente. 

Desde un punto de vista técnico, el IVA es un impuesto que se encuentra presente en toda la cadena productiva de los bienes y servicios, y los consumidores finales son quienes soportan esta carga tributaria. En Bolivia, la tasa efectiva del IVA es del 14,94% y no tenemos tipos reducidos, sería muy interesante que se comience a considerar este tema para que el legislador boliviano analice la viabilidad normativa de incluir tipos reducidos en IVA para mitigar el desequilibrio que genera el 'impuesto rosa' en la carga impositiva que soportan las mujeres con la relación a la de los hombres por razones biológicas.

*Alexandra Ortiz es abogada corporativa experta en impuestos 

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