29 de junio de 2024, 4:00 AM
29 de junio de 2024, 4:00 AM

El mundo vio el primer debate presidencial de Estados Unidos y quedó una mayoritaria sensación de inquietud por el espectáculo que ofrecieron los candidatos Donald Trump, del Partido Republicano, y Joe Biden, del Partido Demócrata. En el primer caso, porque hubo abundancia de falsedades que disparaba sin que nadie las refute. En el segundo por lo que se ha calificado como falta de vitalidad del actual presidente estadounidense, que aspira a la reelección.

¿Por qué importa la política estadounidense? Porque es la segunda economía más importante del mundo, porque su influencia a escala global es muy relevante, al punto de que es considerado el país más poderoso del mundo; asimismo, sus decisiones económicas, políticas, de defensa y en el plano social repercuten inmediatamente en el planeta.

Es esa relevancia internacional la que deja preocupados a los estadounidenses y a los habitantes del planeta respecto a quién será el conductor de su destino. El debate presidencial dejó un panorama deprimente. Joe Biden respondiendo sin fuerza y hasta con lagunas mentales, que ponen en duda su capacidad para comandar a su país. Un Donald Trump agresivo, lanzando mentiras y agresiones, además con una sentencia en contra: es convicto de la justicia y tiene varios procesos abiertos; además, es un hombre que pone en peligro la calidad de la democracia de su nación, en base a las acciones que anuncia.

Tras el debate, el influyente diario New York Times ha publicado un editorial contundente. “Para servir a su país, el presidente Biden debería abandonar la carrera electoral”, titula la pieza que expresa la posición de este medio. “Es una apuesta demasiado grande esperar simplemente que los estadounidenses pasen por alto o descarten la edad y la debilidad del señor Biden”, argumenta.

Asimismo, el editorial considera que Donald Trump es “un peligro que comprometería el futuro de la democracia estadounidense”, porque puede llevar a cabo sus promesas y amenazas más extremas. Sobre Biden señala que ya no es el mismo de hace cuatro años y que fracasó en su intento de “convencer al público de que estaba a la altura de las formidables exigencias.
Al día siguiente del debate, Joe Biden apareció en un acto público y, en una acción en la que trataba de disipar las dudas de quienes apoyan al Partido Demócrata, dijo que seguirá en carrera y que es capaz de llevar adelante la conducción de su país, pero parece que no logra cambiar el shock que causó en su partido y en el electorado: sigue por debajo en las encuestas y se hunde más.

Es así que los Demócratas tienen ante sí un gran desafío: mantener a Biden como candidato o dar un golpe de timón, tomando en cuenta que el tiempo corre en contra pues las elecciones se celebrarán el 5 de noviembre.

Si se toma en cuenta que la política estadounidense tiene una importantísima influencia en el mundo, particularmente en el continente americano, corresponde que Biden reconozca que acabó su tiempo y que su partido elija a un nuevo aspirante a la Casa Blanca. De lo contrario, se estará cargando el arma para disparar contra la democracia estadounidense y contra los equilibrios necesarios a escala global.

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