Opinión

La economía de la transición

30 de diciembre de 2019, 3:00 AM
30 de diciembre de 2019, 3:00 AM

Nos encontramos en un proceso histórico de transición de un gobierno autoritario, populista, capitalista estatal y con presencia coercitiva del Estado en la economía, destructor de la poca institucionalidad y el imperio de la ley hacia un Gobierno democrático surgido de elecciones limpias que se posesionará el año que viene. Esperemos, más temprano que tarde.

El anterior Gobierno fue contundente en dar inseguridad jurídica por incumplimiento de normas esenciales (CPE) que ha llevado a un freno en las inversiones por las expectativas negativas de los agentes económicos. Un claro ejemplo, el manejo del desastre natural de los incendios en la Chiquitania que frenó la economía, que bien pudo reactivarse más rápidamente con ayuda internacional en una zona de mucha producción ganadera, forestal y agroindutrial.

Luego del escandaloso fraude (nuevamente el incumplimiento de normas) vinieron los 21 días de lucha por la libertad y la democracia que hicieron que el ‘ancient regime’ caiga y Morales renuncie. El nuevo gobierno de la presidenta Áñez, liberará las exportaciones en un buen primer paso que tiene que ser completado con la liberación de las importaciones de bienes de capital y/o insumos para la producción y bienes de consumo para las familias. Son buenas señales para la economía que el Gobierno en transición transparente la información para que sepamos realmente cuál es la situación económica del país y de las empresas del Estado, lo que daría certidumbre a los inversionistas y consumidores e información valiosa al futuro Gobierno.

Para las próximas elecciones, necesitamos que los candidatos enfoquen sus propuestas en ¿qué medidas económicas pretenden aplicar para el desarrollo del país? ¿cuáles serán las condiciones de trabajo para los empresarios y trabajadores? ¿cuál será el rol del Estado? ¿cuál será la estrategia de negociación comercial con países y bloques comerciales? ¿cuáles serán las respuestas a las crisis fiscales y a los problemas sociales que puedan restringir la producción?

De la anterior gestión, lo único rescatable y con lo que se debería continuar: son los bonos. Se los puede incluso mejorar para los sectores más desprotegidos de la población, no significan un gasto fuerte en el PGE y deben ser priorizados porque dan asistencia a sectores que lo necesitan. En resumen, las principales cinco políticas económicas para el próximo año tendrían que ser: reducir el déficit fiscal a través de las Alianzas Público Privadas (recursos públicos invertidos por privados), además de la reducción del gasto corriente; disminuir el déficit comercial a través de incentivos a la producción y exportación con mayor valor agregado y de sectores más intensivos en mano de obra a través de movimientos mínimos del tipo de cambio (-+1ctv) bajo control del BCB y la norma; renegociar los contratos de gas con Brasil y con nuevos mercados con el impulso al hallazgo de nuevas reservas; el desarrollo de las reservas de litio; la gestión de las empresas públicas como una corporación privada; así como la mejora de la calidad en educación y salud. Nadie se cansa, nadie se rinde, ¿despilfarro de nuevo?



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